Palabras nos faltan en estos tiempos que vive la humanidad, por más que uno escribe y expresa sus sentimientos, no es suficiente en estos tiempos.
Vemos por ejemplo la señora Celia aquella mujer que persiguió la camioneta en la que se retiraba el presidente a su visita a la ciudad de Arequipa, el último domingo, pensando que el jefe de estado al menos lo iba oír. Ayer martes su esposo perdió la batalla contra el COVID-19, enfermedad que azota a la humanidad. Nuestro país no es ajeno a este desastre sanitario.
“Mi esposo es mi vida. No puedo dejarlo, Voy a estar ahí, hasta que Dios le dé vida”, frases que conmueven a todo ser humano racional. Esto se repite diariamente en diferentes contextos, solo nos lleva a la reflexión de como fuimos como seres humanos.
El día que todos comprendamos y tomemos conciencia que estamos interconectados en una sola energía por intermedio del cariño y amor a los demás, ese día canalizáremos nuestras energías en buenas y al fin todos libraremos nuestras emociones, sentimientos y pensamientos a otra dimensión, para que se preparen bien y regresen a nuestra alma de una manera positiva, para seguir ayudándonos los unos a los otros.
Es necesario que diariamente alimentemos nuestra mente, para que nuestro ser interior siga evolucionando y pueda seguir interconectado para que el amor pueda seguir enseñándonos sus designios secretos y podamos proteger a los seres de luz que diariamente sufren por causa nuestra desidia de esta pandemia.
Solo con la verdad, abriremos el camino y la mente de muchos para curar los defectos, calmar el dolor y la desolación, les ayudaremos a recuperar la vida, la añoranza y la conciencia completa de amar y ser amados. Hay que apartar el rencor, los resentimientos, los prejuicios y críticas de nuestras vidas, solo así dejaremos que el amor pueda edificar en nuestras vidas, para que a la par con la verdad y la vida rescatemos a muchas energías positivas.
Todavía nos encontramos a tiempo de recapacitar y valorar a nuestro cuerpo, para recuperar todas las energías que abortamos por ignorancia, para ello tenemos que dejarnos orientar por el amor, la verdad y la vida; para que nos renovemos de ellos y seamos una luz radiante que ilumine a esas energías y las cautivemos como un imán, y dejen de deambular en la oscuridad sin rumbo ni dirección, como pájaros heridos que sufren llenos de dolor o como el ciervo escondido acechada por pumas.
En estos tiempos tenemos que ser valientes, positivos y optimistas, y depositarlo diariamente en nuestra mente y en nuestro corazón para tener convicción que el amor nos dará la suficiente confianza para vencer todo obstáculo que se nos pueda presentar en el camino. Algo que debemos tener presente es que, así como alimentamos a nuestro cuerpo de alimentos puros y sanos día a día, para prevenir enfermarnos físicamente, de la misma forma nuestra mente y nuestras neuronas también necesitan ser alimentadas constantemente para evitar las enfermedades mentales (que en estos momentos es primordial).
Todos respiramos, nos alimentamos, ingerimos, etc., se transforma en energía, por lo tanto, debemos procurar que todo lo que entre a nuestro cuerpo y a nuestra mente sea bueno, puro y sin remordimientos para generar buenas energías para bienestar nuestro y de nuestras familias. Es momento que nos armemos de valor y valentía y nos enfrentemos con coraje al temor, a la cobardía, a la manipulación, a la deslealtad, etc., para que apoyemos al planeta a darnos el mundo que nos prometió hace muchos años. Todos dirán: “Yo esperaba tu regreso, pero eso solo fue un sueño”