Por: César Teófilo Zambrano Arce
Encender una vela, hoy en día se volvió difícil de entender, vemos a muchos connacionales, que no pueden ni ver a sus familiares, nos preguntamos por ejemplo ¿Qué hicimos para merecer esto?,
hoy en la mañana estuviste con nosotros y no me pude despedir, y ahora ya no puedo oírte y mucho menos verte, observamos que como seres humanos que somos, no nos dimos cuenta de la forma en la que estábamos viviendo, solo nos recordamos del ser supremo, cuando uno lo necesita, pero no nos damos cuenta que tipo de persona fuimos, pero mucho dirán la “persona ideal no existe”, es cierto, pero siempre tengamos la aptitud de poder cambiar.
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La tristeza enluta a muchos de nuestros compatriotas, sueños que se apagan, luces que ya no alumbrarán más, las preguntas que se vienen a la mente ¿Qué hicimos? ¿Por qué pasa esto? Encontraremos respuestas espontáneas, pero eso no servirá de mucho, solo esperar que esto sirva para un mundo mejor, y entendamos que ya no se puede vivir, ni pensar como pensábamos ayer.
Hemos visto esta vida con los ojos cerrados, ahora ir a despedirse de alguien están nostálgico y paradójico, que tal vez nunca hubiéramos imaginado, solo nos queda cerrar los ojos y al abrirlos pensar un mañana mejor. Se que es difícil en estos momentos de nuestras vidas, pero pensar que esto nos sirva para ser mejores personas, seria ideal, pero si no aprendemos de esto, no aprenderemos nunca a valorar la vida.
Diríamos pues que tarde tan triste nos tocó vivir, no sabes que nostalgia me da ver aquellas personas que no logran encontrar la paz en su interior, que solo la unidad entre nosotros nos sacara de esto. Solo las personas que perdieron a un ser querido, podrán entender el dolor de perder a dicho ser y más aún en estos tiempos, donde la humanidad lucha por terminar con este sueño, que para muchos nos cuesta creer, pero es una realidad.
nos tocó vivir, no sabes que nostalgia me da ver aquellas personas que no logran encontrar la paz en su interior,
Muchos darían cualquier cosa, por volver a ver a su familiar, pero a eso a veces se reduce a una mínima esperanza, pero lo que si se, es que siempre estarán en nuestros recuerdos, mientras eso prevalezca en nosotros no se le podrá olvidar. Si hubiésemos sabido que pasaba mañana, tal vez hubiéremos sido más solidarios con nosotros mismos. Como dijo la famosa frase un filósofo de “Solo sé que no sé nada”, pero solo sé que mañana podremos cambiar de actitud hacia los demás y volver a ver un futuro mejor.