Huanta, la esmeralda de los Andes, resulta fascinante como un juego de ajedrez del cual ya conoces las estrategias y técnicas pero que de forma peculiar resulta distinta cada partida por los factores que se puedan presentar alterando los sentidos. Este valle encierra en su extensión la conjugación de un frío capaz de entumecerte como también la calidez de un sol radiante entrando por tu ventana muy temprano por la mañana. Es verdad señores, Huanta te permite disfrutar de su encanto, sin olor a temores y sin aroma a oscuridad.
En ese afán de seguir explorando, alistamos algunas cosas y tomamos la carretera principal con destino a la Catarata de Sirenachayocc, el cual se ubica a cuarenta minutos desde Huanta aproximadamente por una carretera totalmente asfaltada hacia el distrito de Huamanguilla, seguimos el camino angosto hasta la localidad de Piticha y nos dirigimos por un desvío mediante un camino de tipo trocha carrozable, serán menos de diez minutos en que llegas a la zona de parqueo donde las mamitas que ya vieron la oportunidad de generar ingresos, te esperan de manera amable para atenderte con bebidas frescas, frutas y productos para picar en el camino, opción bastante acertada si vas acompañada de los más pequeños.
Luego se da inició al trekking, es un camino por el cual no te pierdes, está señalizado, hay un letrero, hay barandas, observas imágenes en el trayecto como una sirena, un chullo, un rostro, todos llenos de colores vivos por el artista que los hizo, al igual que el paisaje natural que parece tomado de un cuadro porque los tonos combinan a la perfección generando aquella sensación de paz, de tranquilidad alejada del movimiento diario y la rutina. Y, por cierto, como cualquier foráneo, pregunté cuanto era el tiempo de caminata y me dijeron 20 minutos, ¡pues no! Al ritmo de quién quiere tomarse fotos, aprovechar el paisaje, la compañía con niños y de quién es de la costa, la duración es de 30 minutos de ida y también de vuelta que fueron disfrutados plenamente reconociendo con certeza que la potencial oferta turística de la provincia justifica la existencia de una carrera profesional ligada a la administración en turismo sostenible.
La catarata mide unos ochenta metros, al llegar muy cerca se parece al rocío de una caída del agua y la fresca brisa que da paso a un espectáculo de lujo, tiene un sonido bastante armonioso para los oídos el cual depende de la cantidad de agua que pueda tener a razón de las temporadas de lluvia. Es importante mencionar que se aprecia la flora y fauna del lugar tales como la tuna, el molle, aliso, cabuya, algunas hierbas aromáticas como el chincho, muña, anís entre otras, a la vez se puede observar el paisaje panorámico como el complejo Wari, el santuario histórico de las Pampas de Ayacucho y parte de la ciudad de Huamanga.
Dicen los lugareños que el Sirenachayocc anuncia su llegada con una brisa muy suave y que significa “donde hay sirenas”; además cuentan que debajo de las piedras observaron salir a estos seres mitológicos andinos que con sus canciones melodiosas atraían a hombres que andaban por el lugar.
Así que te recomiendo conocerlo, debe estar incluido en tu lista de lugares por visitar, no necesitas mucho presupuesto, totalmente cercano si vienes por Ayacucho o si eres de la zona, permítete vivenciar aventuras y dejar por un momento las responsabilidades del día a día conectando con la naturaleza.
Dato: Se realiza un pago de dos soles como entrada (se exoneran a los niños menores de 15 años).