La importancia de practicar ejercicios junto a una buena alimentación, ayuda al desarrollo intelectual de las personas; como bien reza el dicho “mente sana en cuerpo sano”, en ese sentido alimentarse saludablemente es muy importante; por ello debería ser inculcado y practicado desde muy pequeños.
Cada alimento tiene su propio valor nutricional para formar una dieta requerida para niños o adultos mayores en quienes se debe tener mucho en cuenta; pero la cruda realidad es otra, puesto que la mayor parte de niños, por no decir todos, no tiene conciencia de una alimentación saludable, por el contrario, estos infantes eligen su “alimento” por lo llamativo a la vista; por el color, la forma de presentación, el tamaño, el empaque y entre otras características, estos por lo general no forma parte de una alimentación nutritiva.
Si hacer ejercicios físicos es necesario, hidratarse también lo es. Así una persona debería ingerir diariamente 1 litro de líquido (menores a 10 años) y entre 1.5 a 2 litros (mayores a 10 años) para lograr una buena hidratación. Hecho que se vuelve más importante al participar en deportes o realizar actividades físicas de mayor intensidad; porque se pierde grandes cantidades de líquido a través del sudor. La deshidratación afecta al rendimiento físico de la persona favoreciendo así la aparición de fatiga. Por ello, una alimentación balanceada y realizar actividades físicas deben ser hábitos esenciales para gozar de una buena salud.
Dentro de las actividades físicas se realizan distintas acciones motoras del cuerpo humano; algunos por necesidad y otras por obligación, ejemplo de ello es desarrollar alguna cualidad física, como la fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad y/o coordinación. A parte de ello, el ejercicio físico puede estar dirigido a resolver un problema motor concreto, como mejorar la función mental, la autonomía, memoria, rapidez, imagen corporal, adicionalmente a ello la sensación de bienestar, produciendo una estabilidad en la personalidad; caracterizada por el optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.
hacer ejercicios hace que se genere más energía en el cuerpo, así mejora el buen humor, eleva la autoestima y disminuye la posibilidad de desarrollar trastornos
Si se desarrollara una actividad física continua de intensidad moderada se lograría prolongar la vida, dado que, ayuda a prevenir múltiples enfermedades vinculadas al corazón, así también como la diabetes, el cáncer y la obesidad. Además, hacer ejercicios hace que se genere más energía en el cuerpo, así mejora el buen humor, eleva la autoestima y disminuye la posibilidad de desarrollar trastornos, como depresión y ansiedad, hasta aliviar las tensiones del cuerpo. Por esta y muchas razones más, los profesionales que apuesta por mantener una vida saludable lo recomiendan.
Consecuentemente existe la necesidad de modificar el estilo de vida sedentario o inactivo hacia el estilo de vida saludable, teniendo presente que la salud física como la salud mental son importantes en todas las etapas de la vida; desde la niñez hasta la senil, para ello los ejercicios físicos deben ser planificados, estructurados y repetitivos acordes con cada etapa y organismo, cuyo fin es mantener una buena salud y mejorar nuestro aspecto físico, tal como lo resalta Eduardo Medina Jiménez (2002) “porque la salud es nuestro bien más preciado” en su libro Actividad Física y Salud Integral.