La agricultura familiar en nuestro País se caracteriza básicamente por encontrase en la zona andina, donde existen una diversidad de productos agrícolas en pequeñas parcelas cuya explotación es en colaboración con toda la familia y vecindad,
con poco apoyo de asistencia técnica y capacitación por los entes rectoras en esta actividad.
Sin embargo, con esfuerzo que los caracteriza a nuestros campesinos salen adelante en sembrar y cosechar regularmente para el autoconsumo y la comercialización en pequeña escala, a la cual se tiene que darle mayor esfuerzo en asesoramiento y fortalecimiento de sus capacidades, sobre todo en lo referente a las buenas prácticas agrícolas a fin que sus productos lleguen a los mercados en mejores condiciones de sanidad e inocuidad alimentaria.
La FAO ha definido a las Buenas Prácticas Agrícolas-BPA como: «prácticas orientadas a la sostenibilidad ambiental, económica y social para los procesos productivos de la explotación agrícola que garantizan la calidad e inocuidad de los alimentos y de los productos no alimenticios» si bien es cierto que responden a la necesidad de una actividad en los contextos ambientales con generación de ganancias y mejora de la calidad de vida del agricultor y su familia.
Por lo tanto, es viable en el sentido que aportan significativamente a la demanda de alimentos a nivel nacional y regional, para ello muchos países con apoyo de organizaciones no gubernamentales, organizaciones internacionales y los mismos gobiernos han desarrollado una serie de documentos plasmados en manuales, normas y reglamentos sobre las buenas prácticas agrícolas en la explotación agropecuaria con la finalidad de regular una serie de aplicaciones y actividades razonables cuidando el medio ambiente y una producción saludable propendiendo a una seguridad alimentaria.
La implementación de estas normativas debería contribuir a una agricultura con sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, puesto que la agricultura familiar abastece con alimentos la demanda nacional, regional y local,
y cuyo proceso de producción no es ajena a la aplicación de agroquímicos con el objeto de controlar las plagas de los cultivos y lo hacen en una forma desordenada por falta de una asistencia técnica y capacitación personalizada, lo que afecta peligrosamente a los consumidores y a los mismos agricultores y sus familias.
Por esta razón es necesario la aplicación de las buenas practicas agrícolas ya reglamentadas para el uso racional de los recursos naturales como el suelo, agua, aire, flora y fauna, básicamente con el uso responsable de los agroquímicos normados tanto nacional e internacionalmente, en este documento se resumen algunas prácticas recomendadas que deberían tenerse en cuenta para una agricultura familiar:
- Plan de cultivo, debidamente programado las diferentes actividades
- Instalaciones debidamente implementadas
- Equipos, utensilios y herramientas en orden y control de salidas
- Manejo de agua (programación de riego y calidad de este)
- Manejo de suelos (fertilidad y conservación)
- Siembra, trasplante y material de propagación (semillas sanas)
- Nutrición de plantas (según necesidad de plantas)
- Protección de cultivos (con productos autorizados)
- Cosecha y post cosecha (planificado, embalaje y empaques)
- Documentación, registros y rastreabilidad/trazabilidad.
- Salud, seguridad y bienestar del trabajador (formal)
- Protección ambiental (plan de manejo ambiental)