Fuente: Pedersen & Partners
Reynaldo Sucari León
reysucari@unah.edu.pe

El siglo XXI nos permite observar lo que está ocurriendo en el mundo de hoy, tal es el caso del empleo de drones para diversos fines, fabricación de automóviles electrónicos y programables, la automatización de las oficinas, el teletrabajo o trabajo remoto,


hoy nos encontramos en un proceso de virtualización de la educación, la robotización en la industria cada día crece más y más, ahora último la masificación del comercio electrónico, entonces pregunto ¿estamos listos para esta nueva normalidad?, porque hoy es normal lo que hasta el año pasado no se podía concebir como algo normal, lo que estamos viviendo en la actualidad podría haber sido extraordinario o algo increíble en el pasado, pero aquí estamos, esta es nuestra nueva normalidad.

Debió ocurrir algo inmenso para obligarnos a cambiar gran parte de nuestras formas de vivir y en todo el mundo, este fenómeno es el conocido coronavirus COVID-19 que ha generado grandes cambios en el ámbito personal y laboral de las personas. Así podemos concluir que el COVID-19, es un catalizador de la transformación digital; dado que ha acelerado este proceso de la transformación digital en las organizaciones; este proceso sí se estaba dando, pero de manera lenta, desde luego que muchos aún mostraban resistencia al cambio.

Así pues, el fenómeno del COVID-19, trajo consigo muchos impactos en la economía digital, entre ellos hoy podemos observar y comparar, por ejemplo: en el aspecto de salud entre lo tradicional y la telemedicina en cuanto a costos y accesos. En el comercio tenemos al Retail versus E-commerce; diferencias enormes en cuanto a instalaciones y logística. El trabajo de oficina frente al trabajo remoto; diferencias en las instalaciones y los viajes a diario.


En la educación; las clases tradicionales versus las clases Online. Ello también está ocurriendo en cuanto a los eventos en vivo versus eventos Online evidenciando un alto crecimiento en “Home media”, es decir que las personas ingresamos a un mundo “VUCA” (volátil, incierto, complejo y ambiguo) que vendría a formar parte de la nueva normalidad, claro está que el camino es ir a lo digital.


Fuente: Blogs IMF Business School

En este sentido la transformación digital no son aspectos como: la reingeniería de procesos mediante el uso de tecnologías, automatización de procesos, o asumir nuevas competencias digitales, tampoco tener personal capacitado en transformación digital.

La transformación digital va más allá implicando una disrupción digital mediante competencias digitales innovadoras, automatización de procesos alineados a una transformación del negocio, asumir nuevas competencias digitales enfocadas a una estrategia digital, y más que todo es un cambio cultural que involucra la creación de capacidades de innovación.

Nadie puede negar que las empresas se hallan en un proceso de transformación digital, en la que están obligados a incorporar nuevas tecnologías, pero sobre todo nuevas lógicas para el negocio, para que así pueda ser más eficiente permitiendo nuevas oportunidades; es decir, requieren cambiar su cultura organizacional, detectar oportunidades digitales y organizar las actividades orientas a resultados medibles cumpliendo estos tres propósitos; transformar la experiencia del cliente, transformar la información y transformar el modelo de negocio.  

 

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