Algunos especialista manifiestan que los alimentos transgénicos son organismos que poseen en su composición uno o varios genes diferentes de los que se les atribuyen en un principio, mediante técnicas de biotecnología,
se pueden utilizar genes extraídos de seres vivos, modificados en laboratorios y reintroducidos en el mismo u otro organismo, técnicamente conocidos como Organismos Modificados Genéticamente (OMG) de este modo, las plantas transgénicas pueden tolerar a plagas, resistir mejor las sequías, o soporta el efecto de algunos herbicidas.
Sin embargo, existe un peligro latente con los transgénicos, según advierte la Universidad de Brown de Estados Unidos, los genes resistentes a los herbicidas de los cultivos comerciales pueden mezclarse con la población de malezas silvestres, creando así hierbas excesivamente malas que son imposibles de eliminar con herbicidas, un riesgo relacionado es que el cruce de animales y vegetación puedan crear nuevos organismos, provocando la extinción de otras especies.
Del mismo modo, los impactos causados de los transgénicos resistentes a herbicidas produzcan como efecto secundario que los agricultores empleen una mayor cantidad de herbicidas, afectando a las especies del entorno como las aves y mariposas, también ocurre que polen de las especies transgénicas pueden fecundar a cultivos convencionales, obteniéndose híbridos y transformando a estos cultivos en transgénicos.
Si los transgénicos se reproducen con organismos no modificados (naturales), se producirá la contaminación genética, y como resultado los transgénicos pueden llevar a los no transgénicos a la extinción, conllevando al impacto negativo del medio ambiental y la perdida de la biodiversidad.
El desempleo que se generaría sería otra de las posibles consecuencias debido a la mecanización de la mano de obra y en consecuencia la migración de las personas del campo hacia las ciudades, aparte que para aprovechar las nuevas tecnologías se requiere bastantes recursos, los agricultores en su gran mayoría no pueden acceder a esos recursos y quedan fuera de la tecnología moderna y en peores condiciones para competir con las producciones extranjeras.
Lo que sucedió en nuestro País fue que los granos de maíz transgénico llegaron a Perú como insumo industrial, por ejemplo, para la producción de animales de granja, y en algunos casos terminaron vendiéndose en mercados donde los agricultores los compraron como semilla para sus siembras.
Uno de los argumentos en contra del uso de los transgénicos está referido al uso que le dan, en vista que no generan semillas viables, se pone a los agricultores en una situación de dependencia frente a los proveedores, que son las grandes empresas multinacionales creando un oligopolio que controlan el mercado mundial de semillas, mientras que muchos proclaman que los alimentos transgénicos serán capaces de alimentar a toda la población mundial, lo cierto es que, el problema del hambre en el mundo es de distribución, no de tecnología, pues hay comida para todos, pero está mal distribuida.