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Antes de la pandemia, en China se concentraban más de 250 mil empresarios extranjeros que vivían administrando sus operaciones comerciales en sus respectivas empresas.
Ese número no incluía a las familias de su entorno, empleados, independientes, y otros. Al comenzar la pandemia muchos de ellos se vieron obligados a regresar a sus países de origen, posteriormente pasado el tiempo ahora no pueden retornar al país asiático debido a las restricciones implantadas para evitar la propagación y contagio del coronavirus.
Estas restricciones establecidas se suman que ahora se requiere invitaciones especiales para el ingreso al país antes de considerar en la compra de pasajes, sobre este último se ha incrementado los costos de tickets de vuelo llegando a costar hasta los quince mil dólares americanos desde San Francisco hasta Shanghai, como reportaría en United Airlines a julio del 2020.
Sumados a los problemas geopolíticos entre Estados Unidos y China en la lucha de la aplacar el déficit comercial en ambos países. El presidente de la Cámara de Comercio Americano en Shangai, Ker Gibbs mencionaría que “perder a una gran parte de la comunidad americana de negocios en China va a ser perjudicial en las buenas intenciones de ambos países”. Estados Unidos estaría perdiendo influencia y sufriría económicamente si esta comunidad americana de negocios se reduce a niveles ínfimos permanentemente. No obstante, China es el primer país a nivel internacional que creció económicamente desde el comienzo de la pandemia, en el segundo trimestre el PBI creció en 3,2% en comparación al periodo anterior del 2019, después de una severa caída en el primer trimestre de este año.
No está muy claro, desde cuando abrirá sus fronteras y permita el ingreso de empresarios en todos los sectores económicos, aún no se tiene la confianza hacia ciudadanos americanos, donde se reportaría el contagio a niveles exorbitantes en dicho país.
Otros de los motivos son las constantes acusaciones que describen el origen del virus, nombrándolos “el virus de China” o “Virus Chino”, creando en los ciudadanos americanos una repulsión por los ciudadanos de origen asiático. Por otro lado, la Unión Europea empezó a abrir fronteras desde junio a países que tienen bajo porcentajes de infección y tienen la intención de dejar entrar a nacionales. Este tipo de intensiones demuestra que las relaciones de China con países de la Unión Europea al parecer no están en deterioro comparado al sentimiento de las relaciones con Estados Unidos.
De acuerdo al gobierno chino, más de 410 mil conciudadanos han sido atrapados en el país del norte, hasta el presente están buscando formas de retornar a su país, las escuelas de educación superior optaron por la enseñanza virtual para evitar el contagio del coronavirus, sin embargo, se puso restricciones en estudiantes internacionales sobre las horas de enseñanza virtual no serían considerado para mantener su estatus de visa de estudiantes. Ellos deberían asistir a clases presenciales, complicando así aún más las relaciones entre ambos países.
Este mes es considerado crítico, a partir del mes de setiembre se debe iniciar con el nuevo año escolar, y si no hay claras alternativas para retornar al país asiático, muchos de los empresarios americanos no regresaran y ello solo incrementa las malas relaciones entre ambos, como consecuencia se reduciría el comercio, tecnología y la influencia global de estados unidos.
Fuente:
Wall Street Journal