La incertidumbre de la presencia de un virus que amenaza la vida en las personas ha generado pánico en el país y como resultado días antes de la declaratoria de cuarentena la población entró en un estado de shock histérico provocando que las personas realicen compras impulsivas e innecesarias, acaparando alimentos y productos de toda índole.
Era irreal ver como la población en su desesperación por adquirir un producto se enfrentaban entre ellas con tal de alcanzar su objetivo, siendo curioso que el papel higiénico representada el producto con la más alta demanda por razones de especulación de desabastecimiento durante el periodo de la cuarentena, otros de los productos fueron los de primera necesidad y artículos relacionados con la higiene.
Posteriores a la medida, las personas salieron a realizar sus compras con restricciones y con el nerviosismo instaurado en ellos, haciendo largas colas en los supermercados, tiendas de abastos, farmacias, bancos y otros relacionados que permanecía autorizados en su funcionamiento. Para reducir el riesgo de contagio se recomendaba evitar las constantes salidas y con ello invitó a hacer una evaluación de los hábitos de consumo y priorización.
La presencia del coronavirus, ha cambiado por completo los hábitos de consumo, no solamente en la adquisición de productos de primera necesidad, sino además la necesidad de adaptación a adquirir productos y servicios que contemplen su funcionalidad y permitan realizar su desenvolvimiento habitual. No obstante, estas compras ahora son muy planificadas, lo hacen en el menor tiempo, con el mínimo contacto posible y guardando con todas las medidas sanitarias.
El comportamiento del consumidor pos-COVID-19 estará sujeta a la experiencia vivida durante el confinamiento, ya no será el mismo, por más que se supere la crisis sanitaria y se llegue a la normalidad, nuestros hábitos de consumo están y habrán cambiado, habrá una desconfianza de parte del consumidor que estará habituado a seguir las medidas de protección
y a los lugares de compra, ganará la proximidad de los locales comerciales y tiendas por la cercanía a nuestros hogares, en muchos de los casos ya no estaremos sujetos a la fidelidad de las marcas y tiendas que habitualmente concurríamos. Tomará mayor importancia la adquisición de productos y servicios vía online, sorteando hábilmente el e-commerce y delíverys.
Entender qué elementos intervienen en los hábitos de consumo está el hecho de analizar los factores internos los llamados también “consumer insight”, que representan la realidad del consumidor basado en sus vivencias, reflexiones, creencias, comportamientos, necesidades o deseos, que nos permitan acercarnos y conocer mejor a nuestros clientes. Por otro lado, analizar los factores externos que influyen en los hábitos de consumo como los diversos medios on y off line, los influencers, testimonios de clientes y tendencias actuales que influyen en las decisiones de compra.
En el lado empresarial, este cambio de comportamiento de compra de los consumidores también exigirá cambios en su estructura operacional, las estrategias para llegar a los clientes serán obsoletas y requerirán adaptarse a nuevos escenarios que exige la nueva realidad, si realmente quieren sobrevivir en un mercado cada vez más cambiante y exigente, muchas de las empresas quedaran exiliadas en el pasado al no generar las ventas. Asimismo, se forjarán nuevas empresas para cubrir nuevas oportunidades de negocio, y sobrevivirán las que han sabido reinventarse reaccionando con mayor rapidez durante este tiempo.