Los diarios considerados los más importantes del país (y que a la vez sus consorcios son dueños de un conocido canal de TV) nuevamente han posteado que la carrera que tiene menos oportunidades laborales en el Perú es la de Filosofía, y según, dicen, lo afirma la Inteligencia artificial.
Al parecer ya los periodistas no investigan en el mundo real sino detrás de un dispositivo digital –sea celular, PC, laptop o tablet—y encima preguntándole a una IA con limitaciones cognoscitivas y de búsqueda.
Los profesionales de la Filosofía –licenciados, magisteres y doctores—sin empleo y con necesidad de ganarse la vida, buscan oportunidades laborales cada comienzo, mediado y fin de año pues en los concursos de contratación de docentes universitarios, el curso de Filosofía o de algunas de sus disciplinas como la Ética y la Epistemología son muy requeridos, especialmente como parte de los estudios generales que, por la presente Ley universitaria, deben enseñarse en las universidades nacionales. Y, claro, en casi todas las carreras hay cursos de Ética profesional como parte de las materias obligatorias.
Pero un problema notorio que se presenta es que muchas veces se pone como requisito que no solo sean los concursantes filósofos profesionales o educadores con esa especialidad, sino que también puede serlo cualquier científico social, abogado, ingeniero, educador de cualquier especialidad, etc. lo que produce una competencia desleal.
Imagínense que para enseñar un curso de Introducción al Derecho, la Sociología, la Biología, etc. se pida o acepte a un filósofo que no tenga credenciales académicas en tales materias, sería un escándalo y, seguramente, los colegios profesionales respectivos harían los respectivos reclamos a diferencia del inexistente para los Filósofos peruanos (cualquier asociación filosófica formal o informal, con sus propios fines e intereses, no tiene el poder legal de exigir eso).
Ahora bien, algunas autoridades universitarias rectores y decanos pueden permitir eso por: 1) pensar que cualquier profesional puede enseñar Filosofía, 2) no haber Filósofos ni Educadores con esa especialidad en sus ciudades, o 3) creer los que sí lo son, difícilmente viajarán a éstas.
Sobre lo primero hay que decir que cualquiera podría enseñar mal Filosofía o cualquier otra materia si no está bien preparado (hay hasta graduados de doctores que no saben la diferencia básica entre Filosofía, Ciencia y Religión) o simplemente no sabe enseñar ya que no se aprende pedagogía en ningún pregrado, a excepción de la carrera de Educación. Sobre lo segundo, es cierto que hay escasez de filósofos y educadores con la especialidad en filosofía en ciertas ciudades más que en otras. Y acerca de lo tercero, la realidad y la necesidad demuestran que los profesionales que necesitan trabajar, sean o no jóvenes, sí viajan.
Ahora, tras bambalinas puede que por interés de grupo o amicales se solicite un profesional no filósofo con una carrera y grado de Magíster específicos. Pero esto es una excepción en muchas universidades donde se juega limpio.
Y claro es peor la situación laboral en las universidades privadas donde se aceptan docentes: 1) recomendados y sin concurso, 2) egresados de ellas, y 3) egresados de otras instituciones con mayor preferencia que los de las propias.
Se podría responder a estas tres circunstancias diciendo que las universidades privadas simplemente están sujetas al libre mercado y la libertad de empresa.
Pero también estas tres situaciones se pueden dar en algunas universidades estatales por: 1) declararse desiertas las plazas de los concursos obligatorios y públicos de contratación de docentes por ley y estar obligados a escoger docentes invitados, 2) preferir en los concursos de nombramiento docente a sus propios profesionales, o sino 3) a los profesionales de universidades particulares por considerarlos mejor que los propios, o peor y más vergonzoso, por simple interés de grupo, o arribismo y complejo de inferioridad.
A pesar de todas las deficiencias mencionadas, los jóvenes con clara vocación por la filosofía, no deben desanimarse con la mencionada noticia tendenciosa pues nuestro complejo y problemático país, necesita profesionales que conozcan y apliquen el pensamiento crítico así como las ideas de los grandes filósofos de la historia y no como el infausto filósofo que ocasionó miles de muertes en nuestro país o el ignominioso colega acusado de pertenecer a una organización criminal en la fiscalía de la nación.
Labor infantigable, el plantear todas las preguntas urgentes y necesarias para la existencia humana, caso particular la peruana y sus aspectos regionales.