El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) está definido por comportamientos persistentes, perjudiciales y no apropiados para el desarrollo que se encuentran en el extremo opuesto de un continuo distribuido normalmente. El TDAH es común, con una prevalencia mundial combinada de alrededor del 5,3% en niños y adolescentes y del 2,8% en adultos. Aunque los datos epidemiológicos sugieren que, cuando se aplican los mismos criterios y procedimientos de diagnóstico, las tasas de prevalencia epidemiológica del TDAH son similares en todo el mundo, la prevalencia administrativa del TDAH (tasa de diagnóstico clínico) varía considerablemente entre y dentro de los países.
El TDAH genera una carga considerable a nivel individual, familiar y social, sus pacientes tienen un mayor riesgo de sufrir resultados negativos graves, incluidos malos resultados educativos, lesiones y accidentes, embarazos en adolescentes, conflictos familiares y comportamiento delictivo y encarcelamiento, siendo un trastorno que se asocia comúnmente con otros trastornos psiquiátricos y del desarrollo neurológico. Si bien ahora existe evidencia considerable que respalda la eficacia y seguridad, al menos a corto plazo, de los tratamientos farmacológicos y algunos no farmacológicos para el TDAH, también hay indicios de que los efectos positivos observados en los ensayos clínicos no siempre se realizan en la práctica clínica diaria.
La atención se centra en niños y adolescentes, porque en este rango de edad que se ha evaluado una variedad de intervenciones tanto farmacológicas como no farmacológicas, mientras que la evidencia en adultos se limita en gran medida a intervenciones farmacológicas. Si bien la mayoría de los datos de los ensayos clínicos se han centrado en los síntomas centrales del TDAH como resultado principal de interés, un número cada vez mayor de estudios ha reconocido la importancia de una gama más amplia de resultados, los que incluyen síntomas concurrentes comunes, como labilidad del estado de ánimo y aquellos relacionados con trastornos coexistentes como ansiedad y depresión y resultados más distales como la criminalidad, accidentes de tráfico y las tasas de mortalidad. Seguimos este ejemplo sobre los resultados más allá de los síntomas centrales en el artículo actual.
Como el TDAH suele ser una afección crónica y de largo plazo, siempre que sea posible consideraremos evidencia que se centre tanto en los resultados a corto como a largo plazo.
Al realizar revisiones sistemáticas y meta análisis de intervenciones para el TDAH, se encuentra que, algunos de los desafíos metodológicos pueden haber afectado la interpretación de la evidencia y amerita discutir algunos de los enfoques que pueden mitigar estos desafíos metodológicos, comparando diferentes conjuntos de pautas en relación con el manejo del TDAH, con un enfoque particular en las características comunes y destacando diferencias importantes, incluidas las posibles razones de estas discrepancias. La evidencia y las pautas pueden traducirse en atención de alta calidad, y cómo el médico puede tener en cuenta los perfiles de síntomas individuales, los objetivos del tratamiento y las circunstancias personales para proporcionar enfoques de intervención centrados en la persona y la familia dentro de la evidencia actual (Becker et al., 2020).
Referencias:
Becker K, Banaschewski T, Brandeis D, Dose C, Hautmann C, Holtmann, M. (2020) Individualised stepwise adaptive treatment for 3-6-year-old preschool children impaired by attentiondefcit/hyperactivity disorder (ESCApreschool): study protocol of an adaptive intervention study including two randomised controlled trials within the consortium ESCAlife. European Child & Adolescent Psychiatry, 32:1337–1361. https://doi.org/10.1007/s00787-021-01871-x