Adoramos a los semidioses que fundan lo eternamente bello, aquellos hablan el lenguaje de los dioses que se han retirado del mundo, a la vez auguran la llegada de los nuevos elegidos. Solo los poetas saben que nuestro tiempo es de la penuria, vivimos el tiempo de los dioses idos y del dios que va a venir. Ahora, los poetas son los sacerdotes que crean y guardan la beldad perfecta. “Pues la poesía es la obra más peligrosa y al mismo tiempo, ‘la más inocente de todas las ocupaciones” (Heidegger, 1957, p. 21).

El semidios, para Hölderlin, es el poeta. Él concibe al lenguaje “como el más peligroso de los bienes” porque el semidios al poetizar nombra a los dioses. El lenguaje es de los dioses dado a los hombres. Es así, el hombre con el lenguaje testifica su propia existencia; solo el lenguaje, esencialmente, hace existir al mundo. Donde hay mundo hay lenguaje, donde hay mundo, hay historia. El lenguaje hace actuar al ser histórico en el mundo; entonces, el hombre, ya no es naturaleza, es historia.

En la actualidad, la humanidad vive la carencia de los dioses. Pero, el hombre anhela ser Dios y estamos muy cerquita de serlo. En el poema Hércules lo dice: “Sí, es verdad que nací mortal, / pero mi alma se ha prometido / la inmortalidad” (Hölderlin, 1995, p. 43). El hombre sueña, trabaja en su ciencia para ser un creador, pero su férreo destino es la nada. “¡Oh, sí! El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona” (Hölderlin, 2005, p. 26). Lo grandioso del hombre es que sabe que el tiempo lo arrastra a experimentar su propia muerte. Es así, los hombres somos diálogo e histórico eso es nuestra grandeza. Hölderlin dice: “El hombre ha experimentado mucho, / De los dioses ha nombrado mucho. / Desde que somos un diálogo / y desde que podemos oírnos los unos a los otros” (Heidegger, 1957, p. 17).

El hombre sueña con un Estado protector que defienda la democracia y la vida, pero los dueños hacen la dictadura y dan la muerte a sus opositores; “no sabe cuánto peca el que quiere hacer del Estado una escuela de costumbres. Siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, lo ha convertido en su infierno” (Hölderlin, 2005, p. 54). Leviatán seguirá matando y los cadáveres son innumerables.

Los teóricos que balbucean sus dogmas y con ello engañan a los dóciles y piadosos que creen en el horizonte y esperanza, la tragedia humana es visible. Solo el criterio de la verdad es la práctica. Los inocentes que lo creen pasivamente las verdades del poder son zombis que están ávidos de novedades y modas.

Pero de la pura inteligencia no brotó nunca nada inteligible, ni nada razonable de la razón pura… Sin belleza del espíritu y del corazón, la razón es como capataz que el amo de la casa ha enviado para vigilar a los criados… De la pura inteligencia no ha surgido ninguna filosofía, pues filosofía es más que sólo el limitado conocimiento de lo existente. (Hölderlin, 2005, p. 117-118)

El amor, para Hölderlin, es crear la belleza. “¡Sí!, el hombre, cuando ama, es un sol que todo lo ve y todo lo transfigura” (Hölderlin, 2005, p.107). “Un hijo de la tierra / se ve que soy, para amar hecho, y para sufrir”.

Personalmente me retiro dando el paso a los asustadizos, acomodaditos y amantes del dinero, considero que nací muy pronto y no en la época de los rebeldes. Estaba rodeado de los oportunistas, aduladores y débiles para asaltar al cielo. “¡Aunque también yo me he comportado de forma muy inteligente! Ya conocía a mis hombres. De hecho, era un proyecto extraordinario pretender fundar mi Elíseo con una banda de ladrones” (Hölderlin, 2005, p. 159).

Mi soledad y yo crearan una obra que permanerá para los futuros elegidos. Así Hölderlin en su poema Memoria anuncia: “Pero lo que permanece lo fundan los poetas” Y seré feliz por un instante sabiendo que aporté al futuro de la humanidad. En el poema A las parcas “Un solo día habré vivido como los dioses. Y eso basta”.

Referencias:
  1. Heidegger, M. (1957). Holderlin y la esencia de la poesía.

  2. Hölderlin, F. (1995). Poesía completa (quinta edición).

  3. Hölderlin, F. (2005). Hiperión o el Eremita en Grecia. In Ediciones HIPERIÓN S. L. (Ed.), 2005 (24 edición).

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