La rebaja en la calificación de riesgo, realizada por la clasificadora Moody´s, al Perú, causó cierto nivel extrañeza y sorpresa, frente a un periodo de haber logrado sostenimiento con índices favorables hacia el país.
Rebaja que se da, con calificación de riesgo, desde A3 a Baa1, “se da en momentos de que el Perú vive en un entorno político, continuamente polarizado y fracturado, ha aumentado el riesgo político y se ha debilitado considerablemente la capacidad de formulación de políticas«, conforme argumenta la Internacional Moody’s Investors Service.
En opinión del especialista Jaime Reusche, representante de la empresa, enfatiza, en que la “reducción afectan negativamente la confianza de los inversionistas y socavan la resiliencia económica del Perú, que afectan negativamente las proyecciones crediticias del Perú a mediano plazo”.
Este mensaje para un sector especializado, considera que, en efecto de esta reducción, habrá ciertos niveles de encarecimiento crediticio al país, obligando al Perú a pagar mayores niveles de tasas de interés, cuando se solicite recursos económicos, al considerarse en situación de riesgo.
El flujo de capitales se verá afectadas hacia el país, por el nivel de riesgo, poniendo en situación desventajosa a los inversionistas nacionales y extranjeros.
Los efectos que se han venido registrando, la variación de la moneda extranjera, y la sensación de inestabilidad que el país viene atravesando, han sumado en gran medida a esta reducción.
Es evidente, que también se ha sumado los efectos producidos por la pandemia, generando recesiones globales, en atención a prioridades urgentes en salvaguarda de la salud.
Al igual que el Perú, en muchas de las regiones también han sufrido estas rebajas durante el periodo de enero 2020 a agosto 2021, en claro ejemplo de la pandemia que debilitó las finanzas públicas, impactando a más de 49 países emergentes y en desarrollo, 16 países en América latina y el Caribe.
Quizás un aliciente, se da en el sentido que no tendría los niveles de impactos que se esperarían y los efectos no se darían de inmediato, además está el hecho de que aún al haber sufrido esta rebaja, el Perú aún mantiene la calificación más alta de toda Latinoamérica.
Estas reducciones que se da, “importante tenerlo presente, que el nivel de impacto sería reducido y dependerá mucho de si las otras calificadoras de riesgo internacionales, como Standard & Poor’s y Fitch Ratings, siguen el mismo camino que Moody’s”, según el CFO de Rextie.
Ante estos escenarios, la estrategia nacional deba estar orientada a mostrar evidencias claras, que se deba promover políticas económicas que coadyuven en favor del país, y que sean el sostenimiento en las decisiones que se tomen, aún están al vilo del análisis, la permanencia de Velarde al frente del BCRP.
Fuente:
BBC News
Andina