El efecto de las variables climáticas como la temperatura y la humedad son muy importantes en la producción de cultivos, porque afectan en la velocidad de crecimiento en sus diferentes fases fenológicas, así como en el desarrollo del área foliar, tallos y otros componentes,
esto se pudo notar con más amplitud en las siembras realizadas en alturas de 3300msnm. (valle del Mantaro). En la práctica de la doble campaña de producción, es decir en la obtención de dos cosechas en el lapso de los 12 meses del año, es más las variables de temperatura y humedad relativa también son muy útiles en los cálculos de demanda de agua de los cultivos para la programación optima de los riegos.
Así mismo considerando una cedula de cultivos en campaña grande con las lluvias en los meses de octubre a marzo sembrando cultivos de papa o maíz para choclo, la cosecha normal se realizó en el mes de marzo, si se considera variedad precoz se cosechara en menos tiempo, luego de ello se siembra un cultivo de haba o arveja también en grano verde o cualquier otra hortaliza entre los meses de abril o mayo considerando que el terreno cuenta con agua de riego, la cosecha se realizara en los meses de agosto o setiembre.
Los efectos de las bajas temperaturas en los meses de abril a julio e inclusive agosto (las temperaturas bajaron hasta los 3 a 4 grados bajo cero) se pudo notar que el cultivo de haba tenía un retraso en su crecimiento normal, la velocidad de crecimiento bajó hasta casi detenerse, sin embargo fisiológicamente el cultivo sigue elaborando sus nutrientes.
Por lo tanto produjo más macollos de lo normal hasta 6 a 7 macollos, que en cuanto subía la temperatura y pasaba la época de heladas (a partir del mes de agosto) la planta aumentaba su ritmo de crecimiento hasta llegar a más de 2.00 metros de altura y la producción de vainas se daba desde el pie de la planta hasta la copa aumentado su rendimiento en más del 100%, llegando a producir a más de 30tn/ha. y los granos de una calidad “palatable” sorprendente, de tamaño de grano mayor que la semilla sembrada.
Lo mismo sucedía con los cultivos de cebada y trigo, cereales que toleran bien las bajas temperaturas en los meses antes mencionados, la desventaja es que aumentan su periodo vegetativo en un rango de 15 a 45 días, dependiendo de la variedad de cultivo, los suelos y la disponibilidad del agua de riego.
Por lo mismo se recomienda y sería bueno considerar la doble campaña de producción en áreas de terreno que cuentan con infraestructura de riego planificando una cedula de cultivo aparente, con cultivos de papa, maíz, cereales, hortalizas y pasto para forraje a fin de incrementar los rendimientos de los cultivos con un buen manejo de suelos y agua, obteniendo buena respuesta a las variables climáticas como la temperatura y la humedad.
Considerando del mismo modo la importancia de la humedad adecuada para los cultivos, pues el agua es un medio de control indirecto de las heladas, por cuanto la planta si dispone agua suficiente, el efecto de las bajas temperaturas es de menor riesgo para el cultivo y así se asegurará las cosechas.