“Indudablemente los huantinos y los iquichanos son los hombres más valientes del Perú… Creo que de ellos se debería componer un batallón de gala del ejército… Ellos bastarían a sostener la autonomía del Perú contra cualquier nación extranjera”.
Historiador N. Vargas
Mientras transcurría la época republicana, la villa de Huanta se constituía en uno de los bastiones más acérrimos de los campesinos acentuados en la comunidad de Iquicha, ubicada en la zona alto andina de Huanta, a quienes se les conocía como los “iquichanos”, fueron los primeros en liderar rebeliones en la zona centro sur del país.
En 1826, cinco años después de la Independencia Nacional, los pocos españoles que quedaron, en algunos casos, dueños de grandes extensiones de tierras y que tenían cierto manejo con los campesinos, organizaron un levantamiento en armas de los “iquichanos” contra la nueva Constitución Vitalicia que proponía el gobierno de Bolívar.
El entonces líder iquichano Navala Huachaca, era quién los dirigía y establecía las estrategias de protesta; y en Huanta estaba José Félix Iguaín, otro connotado personaje, militar y político. Conocido de esta insurgencia el gobierno de Bolívar, envía al general Andrés de Santa Cruz con un contingente de militares librándose una batalla en la comunidad de Huayllay, donde fueron reducidos los iquichanos.
El 12 de noviembre de 1827, nuevamente los “iquichanos” se levantan contra el gobierno del general La Mar, debido a la designación del Prefecto de Ayacucho y al Intendente de Huanta. La protesta se había concentrado en el pueblo de Huanta originando asaltos, destrozos y quema del cabildo (municipalidad). A raíz de los desmanes, un emisario del gobierno les prometió la donación de semillas, herramientas y la libre elección de sus autoridades, que era la petición de los rebeldes “iquichanos”.
El 24 de julio de 1833, se produce otro levantamiento contra el gobierno de Agustín Gamarra, esta vez, el intento de llegar al poder por parte de los capitanes Alejandro Deustua y Tomás Flores del Batallón Callao, acantonados en la ciudad de Ayacucho; contactaron a los “iquichanos” con el fin de traerse abajo el gobierno de Gamarra.
Fue el mismo Presidente de la República que acompañado por un gran número de tropas militares ingresaron al pueblo de Huanta, mientras que los “iquichanos” se perpetraron en el cerro Pultunchara (actualmente se encuentra ubicado el Mirador de Huanta) con un solo cañón de guerra, después de un enfrentamiento armado los iquichanos fueron derrotados y reducidos, muchos de ellos tomados prisioneros.
La última insurgencia de los iquichanos, fue a inicios del año 1839, cuando el presidente de entonces el general Santa Cruz, estableció un acuerdo con el vecino país de Bolivia llamado la Confederación Perú-boliviana, esta acción no fue del agrado del gobierno chileno, por lo que envió al Ejercito Restaurador, integrado por militares peruanos exiliados en ese país.
A su paso por estas tierras, fueron los “iquichanos” liderados por Navala Huachaca que se enfrentaron a los chilenos y siendo derrotados y reducidos en los combates de Huayhuas y Cangari. El líder Navala Huachaca fue el más perseguido, el historiador Luis E. Cavero sostiene que, este líder campesino se refugió en la selva ayacuchana dejando a sus seguidores al mando de Tadeo Chocce, otro iquichano rebelde.