Fuente: Osinsa
Rene Antonio Hinojosa Benavides

Los coronavirus son conocidos porque su infección no estimula una respuesta inmune estable y permanente, por lo que las personas pueden reinfectarse con estos virus varias veces.


El SARS-CoV-2, SARS y el MERS, son coronavirus de origen animal que han adquirido fragmentos de ARN del virus humano en mutaciones repetidas que lo han vuelto agresivos con nuestra especie. Si bien todos tenemos una memoria inmune débil contra los coronavirus del resfriado común, no tenemos inmunidad previa a este nuevo tipo de virus.

La transmisión se realiza por contacto directo de persona infectada a persona susceptible, por aire a través de la inhalación de células humanas infectadas con el virus que es transportado por las gotas de vapor de agua que emitimos constantemente con nuestra respiración y aún más con la tos; también hay una transmisión indirecta con las manos que han sido contaminadas por el vapor de agua de una persona infectada. Algunas personas tienen una impresionante capacidad de replicación viral y, por lo tanto, pueden emitir una carga viral importante, sucediendo en todas las enfermedades virales, desde el SIDA hasta el COVID-19.


Fuente: allyslidecom

Sin embargo, debemos considerar que en la dinámica del contagio participan dos individuos un emisor y un receptor punto de ataque para el virus, como un enchufe que debe insertarse en un tomacorriente. Los virus que afectan el tracto respiratorio superior son interceptados por las membranas mucosas de la garganta donde hay un mecanismo defensivo llamado “anillo de Waldeyer”, pero cuando la carga infecciosa es muy alta, algunos virus superan esta barrera, llegando a la tráquea, los bronquiolos y los alvéolos pulmonares, desencadenando la neumonía viral característica del SARS-CoV-2.


Los niños y los jóvenes también están expuestos como todos a una posible infección, no podría ser de otra manera; sin embargo, lo que podemos hacer es evitar que los sometan a pruebas y medidas restrictivas. En los niños más pequeños, si no tienen otras enfermedades que aumentan su fragilidad, es extremadamente improbable que el virus desarrolle algo peor que un resfriado.


Las medidas profilácticas que actualmente se asumen como cierre de escuelas, mercados, oficinas y otros para reducir la transmisión de enfermedades virales respiratorias, no cuentan con una rica documentación científica que haya demostrado su eficacia: los estudios realizados sobre estas medidas no son concluyentes sobre qué tan efectivamente estas intervenciones logran la contención de la enfermedad. Por el contrario, existe buena evidencia científica sobre la efectividad de las medidas de protección individual, como el aislamiento y el lavado de manos.

Entonces, dado que el coronavirus es una transmisión interhumana, se fortalece el concepto de la reducción de encuentros entre personas para reducir la posibilidad de contagios de personas infectadas en la fase de propagación del virus hacia personas sensibles. Con lo que no estoy de acuerdo es con la evaluación de la gravedad de la enfermedad, así es que, si el pánico no invade el país, esta epidemia puede convertirse en una gripe estacional: un gran desafío, pero manejable.

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