El Sars-Cov-2 nos agarró a todos con “los pantalones abajo”

Estos días nos situamos ante en un trascendental suceso, ante algo a lo cual Slavoj Žižek llamaría como un acontecimiento del ser, o lo que el

filósofo alemán Martin Heidegger llamaría un evento del ser que se instala; esta instalación del ser nos está llamando de alguna manera a un permanecer en uno mismo, en una cuarentena, en una incertidumbre porque no sabemos qué es lo que va a pasar más adelante tanto a nivel económico, político y social. Este acontecimiento se da por Sars-Cov-2 un coronavirus que nos ha traído una pandemia (del griego “pan-demos”, toda la ciudad, todo el pueblo reunido).

Este virus, modernamente llamado COVID-19, inaugura un estado de igualdad en que, para este virus, todos los seres humanos representamos lo mismo porque, no discrimina raza, género, religión, absolutamente nada, hace que un ciudadano de a pie sea lo mismo que un príncipe, este coronavirus nos enfrenta ante la vida tal como es, nos arroja al estado de la vida desnuda y nos expone como animales en nuestra condición de especie, una especie más entre otros animales, pues este virus salta y muta de un animal a otro hasta llegar a nosotros, nos coloca en nuestro estado de simples animales en que un virus puede ir de un perro a un gato, a una vaca, un cerdo, aves, etc.;

y ahora recordando la hipótesis de Gaia de James Lovelock y Lynn Margulis, imagino que la tierra pueda tener una vitalidad, una vida consciente en que pueda defenderse ante los embates que está haciendo el ser humano contra la Tierra misma durante las últimas décadas; pues en esta hipótesis la Tierra es vista como un todo, una divinidad o ser viviente, donde se desnuda la vida humana dentro de la sociedad con su modo propio de existir y en su organización propia con la sociedad y la comunidad.

Este COVID-19 desnuda al capitalismo y muestra sus partes más débiles como por ejemplo un sistema de salud público de baja calidad, pero no solamente eso, sino también muestra su contraparte horrible y que nos estamos pegando contra ella, ya que no es ningún secreto que este estado de emergencia debilitó el sistema de salud público con sus carencias de equipo y logística en general, para beneficiar al sistema de salud privado mejor implementado,

haciéndose evidente el abandono de la salud pública que ha puesto en jaque a grandes potencias como China, España, Italia, Reino Unido y ahora Estados Unidos de Norteamérica que recortó en más del 80% su apoyo a la Organización Mundial de la Salud, pese a tener la mayor cantidad de muertos a nivel mundial a causa del coronavirus.

Esta pandemia también muestra la poca importancia del mercado global en investigación de salud, en investigación científica en general y un abandono en el mundo político, todo un triángulo fatal. Žižek reflexiona sobre la pandemia del coronavirus y la necesidad de crear una red mundial de salud, en su reciente libro, Pandemia: La covid-19 estremece al mundo.