José Luis Escobar Morán

La ciencia es una actividad humana que siempre está negándose a sí misma, para mantenerse vigente y evolucionar;


en el interín los cenáculos científicos, de personas aupadas a las certezas establecidas, por que no son verdades, se dedican a denostar a todo aquello, y aquel, que propongan enunciados que cuestionen la “verdad oficial”.

Uno de los tantos casos, se da en los estudios paleontológicos más recientes, en los que se hace evidente la existencia de cuatro linajes humanos diferentes, que evolucionaron de manera distinta, a pesar de la proximidad de tres de ellos, en el tiempo y en el espacio: los neandertales, y los denisovanos con el homo sapiens y otro un tanto alejado, también contemporáneo: el hombre de flores, que evolucionó en la polinesia.


La ciencia oficial, se mata buscando un antecesor común entre ellos, sin encontrar nada concluyente, se basan en genes compartidos por todos los linajes, pero que por la antigüedad de los restos con los que se trabaja, podrían explicar más bien el cruce entre ellos, en periodos distintos de su larga evolución.


Estos hechos cuestionan no solo la teoría, hasta ahora aceptada de un solo linaje, que evoluciona en África y de ahí se expande por el resto del mundo, sino también, la creencia de que la adaptación del homo sapiens a diferentes condiciones climáticas es la causa de la gran diversidad de razas hoy existentes. Podría ser, que esa diversificación entre personas, responde más bien a los cruces entre los diferentes linajes humanos.


Fuente: En Peru

Todo este discurso viene a cuento, pues los ayacuchanos nos jactamos que el hombre más antiguo del Perú, el de Piquimachay, con más de 20 mil años de antigüedad vivió en nuestra región. Frente a esta información, los heraldos de la ciencia formal, nos señalan que es imposible; pues la migración asiática que pobló nuestro continente, cruzó el estrecho de Bering hace 15 mil años, y llegó a Sud América, hace 10 mil como fecha tope, lo que está “científicamente demostrado”.

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¿Y si no fue así?, si los que llegaron primero fueron los polinesios, probables descendientes directos del Hombre de Flores. Pruebas hay muchas, desde genes compartidos entre el hombre andino y los polinesios actuales, resinas vegetales procedentes de árboles que no existen en América, pero que están presentes en los diferentes entierros de incas y de culturas anteriores. Hasta el viaje de Tupac Yupanqui para conquistar la Polinesia, hecho del que hay pruebas evidentes aquí y allá; no habría sido una travesía aventurada y alocada, sino que regresaban al lugar del que habían venido… inconsciente colectivo que le llaman.

La llamada “ciencia oficial” es un intento de crear una nueva religión, basada en dogmas tan irracionales como las de las religiones establecidas, y ese es el gran reto para los investigadores y científicos de todo el mundo, especialmente para aquellos que están asentados en zonas como Ayacucho, que por su gran diversidad cultural, tienen tanto que ofrecer al acerbo común de conocimientos de la humanidad.

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