Una insuficiencia respiratoria aguda de tipo hipoxémica conlleva a que bajen los niveles de oxígeno en la sangre, la presión parcial de oxígeno disminuye,
siendo detectado por las células que se encuentran en el cuerpo carotídeo conformado por unas estructuras de pocos milímetros que se encuentran a ambos lados de nuestro cuello, en la bifurcación de la arteria carótida, cuando se bifurca entre interna y externa.
Las células presentes en este cuerpo carotideo actúan como quimiorreceptores que van a censar diferentes estímulos, y uno de estos estímulos es la oscilación de la presión parcial de oxígeno en la sangre.
Esta estructura recibe inervación de una rama del nervio glosofaríngeo, entonces cuando se produce una disminución de oxígeno en la sangre, principalmente por debajo de 60mm de mercurio se produce un aumento de las descargas y de los impulsos nerviosos que se van a transmitir por el glosofaríngeo hacia el tronco cerebral que va a actuar como un centro de procesamiento, el cual va a entender que los niveles de oxígeno están disminuidos y va a generar por un lado.
Un aumento de los impulsos nerviosos enviados hacia el diafragma aumentando la profundidad de nuestros movimientos respiratorios, es decir una hiperpnea y por otro lado el tronco cerebral va a enviar señales hacia la corteza cerebral a diferentes centros superiores, lo cual va a hacer que nosotros percibamos una sensación de falta de aire, es decir disnea, esto es un reflejo primitivo que nos ha permitido sobrevivir como seres humanos, y ocurre por diferentes estímulos.
Como por ejemplo la disminución de la presión parcial de oxígeno, sobre todo cuando se encuentra por debajo del nivel de 60mm Hg, pero también puede producirse por el aumento del dióxido de carbono que se traduce en una hipercapnia o aumento de los hidrogeniones que genera acidosis y estimula automáticamente a los cuerpos carotídeos.
Entonces ¿qué sucede en el paciente con COVID-19, quien pese a tener niveles absurdamente bajos de oxígeno en la sangre, no siente esa sensación de disnea?, pues lo que ocurre es que hay una desconexión en alguna parte de la vía tronco-corteza, cerebral.
Existe la hipótesis de que en los cuerpos carotideos existen receptores de enzima convertidora de angiotensina II (ECAII), estos receptores son utilizados por el virus para entrar a la célula.
Los hombres tienen más receptores que las mujeres y los niños tienen escasa expresión de estos receptores, lo que explica su aparente inmunidad. El SARS-CoV-2 tiene neurotropismo, por eso causa ageusia y anosmia, es decir alteraciones del gusto y del olfato, respectivamente; este coronavirus desconecta la vía tronco-corteza, cerebral, por lo que el paciente no tiene la sensación de disnea, o sea puede estar muy grave y no sentir la falta de aire.
Esto ocurre con mayor frecuencia en los pacientes de la tercera edad con diabetes, quienes ya tienen una disfunción del cuerpo carotideo, y al ser hospitalizados requieren corticoides para disminuir la inflamación, anticoagulantes para ayudar a disolver los microtrombos y oxígeno como terapia de soporte.
Muy interesantes los artículos que comparte, doctor René, gracias. Muchos lo necesitamos. Bendiciones y gracias por sus conocimientos.