Fuente: National Geographic
Rene Antonio Hinojosa Benavides

Además de los pulmones, hay otros órganos como cerebro, corazón y riñones que también se ven afectados por el COVID-19, conjuntamente con la alteración del metabolismo.


En pacientes más graves_ ya que no todos las tienen por existir personas asintomáticas_ entre sus complicaciones más frecuentes, asociadas a este nuevo coronavirus, se encuentra la formación de coágulos sanguíneos que pueden ser muy peligrosos y causar un derrame cerebral, y es que la trombosis es una de las complicaciones más comunes y graves en pacientes con COVID-19.

Un trombo es una masa sólida, un coágulo de sangre que puede obstruir parcial o completamente los vasos sanguíneos, ya sean venas, arterias (incluidas las coronarias) o capilares causando inflamación que contribuye a la formación de coágulos; esta inflamación difusa, a su vez, sobre estimula el sistema inmunitario, que puede reaccionar de forma exagerada; sin embargo, su hiperactivación produce un exceso de moléculas en la llamada “cascada de citocinas”, que a su vez promueve la inflamación: su abundancia contribuye a establecer y propagar un proceso inflamatorio, incluso muy extenso y grave, peligroso para los diversos órganos y supervivencia del paciente.


Además del accidente cerebrovascular, no debemos olvidar otros síntomas neurológicos, algunos incluso menores, como dolor de cabeza, pérdida temporal del olfato, mareos, cansancio. Los pacientes intubados y sedados durante mucho tiempo (incluso 2-3 semanas) experimentaron alucinaciones y delirio, y en algunos casos, encefalopatías y síndrome de Guillain Barré, una forma inflamatoria aguda caracterizada por debilidad muscular, dificultades respiratorias y parestesias.


Fuente: Código San Luis-Archivo histórico

En cuanto al corazón, los coágulos también pueden causar un ataque cardíaco. Los pacientes con afecciones cardíacas subyacentes conocidas continúan teniendo el mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares y respiratorias relacionadas con COVID-19. Algunos pacientes con placas grasas asintomáticas dentro de los vasos cardíacos pueden encontrar esas placas desestabilizadas por la fiebre y la inflamación. Esta inflamación puede causar alteraciones del ritmo y daño muscular, lo que interfiere con la capacidad del corazón para bombear sangre de manera efectiva en todo el cuerpo.

El daño renal agudo es una complicación frecuente. Casi la mitad de todos los pacientes con COVID-19 tienen evidencia de sangre o proteína en la orina, lo que indica daño renal temprano. En adición, primeros datos han demostrado que entre el 15% y ​​30% de los pacientes con COVID-19 en la UCI de Nueva York y Wuhan, han requerido diálisis o terapia de reemplazo renal continuo. Si hasta ahora se ha hablado solo de las consecuencias graves de este coronavirus, no debemos olvidar otros síntomas menores de la infección, como trastornos intestinales, síntomas oculares y problemas dermatológicos, como los sabañones en los dedos de los pies y la urticaria.

Este coronavirus está causando diarrea, vómitos y otros signos gastrointestinales en la mitad de los pacientes, también se encontró hepatitis viral aguda en algunos pacientes que luchan contra el COVID-19, documentándose el caso de una mujer de 59 años en USA, que presentó orina oscura que luego fue diagnosticada como hepatitis viral aguda, desarrollando una tos que los médicos la relacionaron con este coronavirus.

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