“Tanatoturismo: El morbo por lo macabro está muy de moda.” – Psicól. Raquel Caja. Los turistas actuales se encuentran en una constante búsqueda de mejores experiencias, que sean únicas, importantes y con actividades extremas,
ante una demanda de experiencias y actividades que apelan por las emociones y sensaciones fuertes de todo tipo por parte del turista contemporáneo, se hace necesario conocer y comprender el turismo oscuro y la pluralidad de sus formas, manifestaciones y productos, con el objetivo de analizar los retos y las oportunidades de tales prácticas para el sector turístico.
Las diferentes denominaciones que se han atribuido a las prácticas y experiencias turísticas que tengan como atractivo la muerte, el sufrimiento, la violencia o los desastres, data de años atrás, en OSTELEA (2017) precisa que, John Lennon y Malcolm Foley acuñaron en 1996 el término “dark tourism” para definir las practicas turísticas relacionadas con lugares de muertes y catástrofes reales o ficticias.
“Turismo mórbido” (Blom, 2000), “Black Spot tourism” (Rojek, 1993), “turismo de dolor”, “turismo de espanto” (Bristow y Nweman 2005), “turismo de nostalgia” (Stone y Sharpley, 2008), “turismo de tristeza” (Kurnaz, Çeken y Kiliç, 2013), así como, Sharpley y Stone (2014) definen el turismo oscuro como el acto de viajar y visitar sitios, atracciones y exhibiciones que son reales o recreaciones de la muerte, verdadera o aparentemente, sufridas y cuyo tema principal es macabro.
El incremento del interés en el turismo oscuro por parte de los turistas internacionales, se vincula en aspectos importantes como la capacidad de gasto en infraestructura turística por parte de las entidades públicas y privadas de los diferentes países y, que éstas infraestructuras turísticas puedan crear entornos emocionales y sensoriales que brinden al turista una experiencia holística de los territorios vinculada con itinerarios gastronómicos y de wellness.
Un ejemplo claro, es el caso de Malasia, cuyo gobierno ha gastado lo correspondiente a 1 005 450 de euros, en un Plan Nacional orientado a mantener y mejorar los sitios de turismo oscuro en su territorio.
El posicionamiento de los circuitos y rutas turísticas de los sitios vinculados al turismo oscuro deben asociar su promoción con la de otros equipamientos turísticos, entre las actividades turísticas identificables según Stone (1996) como turismo oscuro según el tema o el sitio de la visita tenemos:
- Ejecuciones y muerte en público
- Lugares de exterminio o de muerte en masa, asesinatos, campos de batalla o sitios donde fallecieron personajes famosos (James Dean, John Fitzgerald Kennedy)
- Sitios de internamiento (mausoleos, monolitos de guerra y cementerios)
- Sitios relacionados con las memorias de la esclavitud
- Sitios afectados por desastres ambientales como huracanes, tsumani
- Lugares de internamiento como prisiones
- Simulaciones de acontecimientos relacionados con muerte y catástrofe
Philip Stone, director del Instituto para el Estudio del Turismo Oscuro, de la Universidad Central de Lancashire del Reino Unido, en su investigación “Consuming dark tourism: A Thanatological Perspective” (El consumo del turismo oscuro: una perspectiva tanatológica), escrito con colaboración con Richard Sharpely, sostiene que el fenómeno debe vincularse con la sociología de la muerte para mejorar los fundamentos teóricos del tema y abordar una comprensión social y científica más amplia de los mecanismos que tiene la sociedad contemporánea a la hora de enfrentar la muerte.
Por tal razón, es recomendable centrar el producto y la promoción en la función educativa, lo que podría facilitar la venta de muchos sitios de turismo oscuro que presentan inconvenientes en su comercialización debido a resistencias de tipo ético.