Resulta bastante conocido el júbilo y recogimiento con que se vive la semana santa en la región de Ayacucho, preparándose una serie de actividades en las provincias y distritos porque valgan verdades, lo más importante es reafirmar la fe y la esperanza de todos los creyentes, que, dicho sea de paso, este año se vivió con notoria intensidad porque al fin la amenaza del COVID-19 se ha desvanecido y ahora todos podemos concentrarnos en florecer nuevamente.
Resalta la voluntad de las representaciones por doquier, en lugares como Huanta y Luricocha se ha desplegado mucho esfuerzo humano y logístico que han hecho una realidad el desarrollo de varias actividades, siendo una de ellas la tradicional escenificación de la pasión y peregrinación de Cristo que se basa en el ascenso hacia los puntos altos del lugar, tales como el Cristo Blanco y el Mirador de Pachapunya respectivamente. Y si es verdad, por ser rutas que despliegan a una gran masa de personas se debería mejorar el esfuerzo por tener caminos más ordenados, limpios y de un adecuado sentido de orientación.
Ha sido vibrante estar cerca a miles de devotos ansiosos por estar cerca al anda, por pedir y agradecer, por mostrar sacrificios o quizás por reconfortar su alma junto a los suyos, se trata de eso, de reflexionar y replantear los propósitos personales, sobre todo para la religión católica que resulta más significativa. Debo resaltar el arte para la elaboración de las alfombras, a cargo de las instituciones de la localidad o por grupos de personas que pudieron reflejar su mensaje a través de un dibujo el cual decoran naturalmente con una diversidad de flores, siendo la más preferida la flor de la retama, resultó una vista espectacular cuando las alfombras florales quedaron listas, creo que hasta el mismo hijo de Dios se apenaba por caminar sobre ellas desordenándolas a su paso, aun así, ¡¡¡¡Que lujo!!! ¡¡¡Que arte!!!
Desde la perspectiva del turismo, ha reflejado un aproximado de 37 mil turistas hacia lugares turísticos como el Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho que el año pasado recibió alrededor de 32 mil, sin embargo, la Dircetur Ayacucho está preparando un informe detallado para analizar las cifras de forma más exacta sobre los miles de turistas nacionales y extranjeros que llegaron.
Ayacucho aparentemente sigue siendo un destino preferido para el turismo cultural en los días de Semana Santa, porque posee una gran cantidad de atractivos y recursos turísticos de la región, donde se recibe a muchos turistas durante esta celebración, como parte de la reactivación económica. Ante ello, las iniciativas de cambio siguen aclamando un trabajo en equipo, invitando a todos a formar parte de esta cadena, a mostrar sus bondades naturales y culturales, Ayacucho tiene esa magia, es cuestión de asumir responsabilidades para que las gestiones no sea pasajeras sino que permanezcan en el tiempo por sus buenas decisiones, se debe continuar con las propuestas de mejora, más proyectos de infraestructura turística, incrementar la capacitación en los servicios y en la gestión de los destinos turísticos.
Hasta el siguiente año, porque puede ser mejor.