Ante, los acontecimientos que se viene registrando en las últimas semanas, por la incertidumbre electoral, se está alarmando a la población y especulando la caída en la Bolsa de Valores de Lima y afirmando erróneamente, que estas son únicamente dependientes de estas circunstancias y sus efectos.
Es necesario entender, que las bolsas de valores en el mundo son organizaciones públicas o privadas que brinda facilidades necesarias para sus miembros, atendiendo los mandatos de sus clientes, con el fin de que introduzcan órdenes y realicen negociaciones de compra y venta de valores, caso de acciones de sociedades, empresas, bonos públicos y privados, certificados, títulos de participación y una amplia variedad de instrumentos de inversión.
Este tipo de participaciones se orienta a los mercados financieros, que son los agentes deficitarios de recursos financieros, en cuya participación a nivel den entidades bancarias, empresas, estado, banco central de reserva, ofertan instrumentos financieros el caso de títulos de deuda, letras, bonos a nivel soberano, del tesoro, subordinados, hipotecarios, acciones, etc., a través de la bolsa de valores, con el fin de que los agentes superavitarios, como ahorristas, inversionistas, correctores de bolsa, estados, bancos, administraciones de fondo de pensiones, etc., demanden estos instrumentos a cambio de dinero con la finalidad de obtener una rentabilidad futura.
El funcionamiento de estas organizaciones, para una mejor comprensión, se explica con un caso presentado, ante los hechos suscitados de caídas a consecuencia de presentarse registro de inflación, en el mercado de valores de China, cuando existe ciertas diferencias con respecto a la variación del PBI a ésta se le denomina “desaceleración”, éstos se presentan a menudo por la caída de demanda de los “commodities”, registrado por parte de éste país asiático, procedentes de países como Chile (cobre y molibdeno), Brasil (soya), Perú (agroindustriales y cobre), Colombia (café), Venezuela (petróleo), Bolivia (soya, estaño y plomo), etc.
Es evidente, ante estos eventos de esta naturaleza los gobiernos tienen a implementar una serie de estrategias con el fin de poder reducir sus efectos en la desaceleración de la economía y la posible devaluación de la moneda nacional.
Los inversionistas de todo el mundo, estarán nerviosos ante la volatilidad que puede ocurrir en la bolsa de valores y que de alguna forma al presentarse “desaceleración” que no es más que compradores de acciones, tomen decisiones en salvaguarda de sus intereses que se apresuran a vender sus instrumentos financieros, ante la posibilidad de ocurrencia de caída y evitar pérdidas, la suma de todos estos movimientos en su conjunto representa la caída en general de la bolsa de valores y como consecuencia, al estar los mercados financieros globalizados traerá consigo sus efectos en los demás.
La existencia de nerviosismo e incertidumbre en el ámbito nacional, para algunos se está presentando producto de la coyuntura actual, según reportes emitidos por la Bolsa de Valores de Lima, en el mes de abril, se registró una caída significativa del 9.6%, ésta caída en opinión de Análisis de Emisores de Intéligo SAB, a Gestión, representan venta de acciones a nivel de inversionistas, retail e institucionales. No obstante, esta caída no se registró en otros sectores económicos, como el caso de la minería, que alcanzó indicadores positivos estando al alza en un 0.64% (cobre, estaño, zinc y oro).
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Fuente:
El comercio
Bloomberg