Durante el periodo de la pandemia, las empresas se vieron seriamente afectadas, registrando pérdidas en la mayoría de los casos, no obstante, en el presente al menos se tiene cierta esperanza en su recuperación al finalizar el año 2020.
A menudo se habla en los ambientes de los negocios, que las organizaciones deben estar a un paso adelante, pensar y anticipar estratégicamente, poseer capacidad de respuesta y evitar en lo posible que se generen pérdidas ante crisis de esta naturaleza.
No se logra entender, el porqué de la falta de capacidad de sus líderes en lograr maniobrar con éxito estas desavenencias y cuyos efectos ha ocasionado pérdidas significativas. Como era evidente muchas de estas empresas antes de la ocurrencia de la pandemia, registraron cifras alentadoras e incluso muchos de ellos estuvieron en su etapa de consolidación y ampliación en el mercado.
Escuchar a través de los medios tradicionales, que muchas de estas empresas, se declararon con sorpresa en quiebra y anunciaran liquidaciones producto de la carencia en no poder cubrir sus obligaciones en el corto plazo, la falta de atención y cumplimiento de pago con sus proveedores y acreedores y lo más delicado con su propio personal.
Es difícil concebir, que, ante la problemática, muchas de ellas no estuvieron a la altura de las circunstancias y se dejaron simplemente vencer, no entendiendo que en los negocios afrontar este tipo de dificultades es a menudo y que requiere su plena atención.
Ante la presencia de circunstancias desfavorables, deba ser un momento clave para la organización a fin identificar y aprovechar al máximo las oportunidades, lograr ventajas competitivas. Este mensaje muy pocas empresas lograron entender, poniéndose manos a la obra a partir de sus propias fortalezas y debilidades, sorteando y adaptándose sacando lo mejor de sí.
Otras en cambio han tenido la oportunidad de tomar decisión, de cambiar sus modelos de negocio y reinventándose hacia negocios más productivos.
Lecciones sabias que deja la pandemia en el ámbito de los negocios, responder en forma oportuna, planificando con antelación que eviten riesgos, implementar acciones que fortalezcan las tecnologías de información, asimilación de que el cambio es inminente y requiere preparación.
Además, deberá de pensar prospectivamente, que moldee el futuro a largo plazo, tomando en cuenta en su formulación, planeación y toma de decisiones, incluyendo los medios cualitativos y cuantitativos, que apoyen a monitorear claves e indicadores de los escenarios futuros.
Es fundamental que la alta gerencia esté comprometida con los suyos, asuma el rol de liderazgo, visione estratégicamente, y estar plenamente convencido que, al liderar una organización, amerita asumir responsabilidad y exigencia, capacidad de responder con estrategias definidas, llevando el timonel del éxito, apoyado con los demás quienes pondrán el hombro a paso firme.