En las últimas décadas ha ido reduciéndose las brechas de desigualdad sobre la participación de las mujeres en cargos ejecutivos en las empresas en el mundo, constituyéndose un tipo diferente de liderazgo con más empatía y adaptabilidad.
Esto claramente se evidencia en resultados recientes, la participación de las mujeres en cargos de alta responsabilidad en las empresas va en ascenso, así lo demuestran diversas opiniones de firmas de trascendencia en la industria que continuamente están realizando estudios de mediciones sobre el comportamiento y requerimientos de empresas con alta exigencia en el mercado laboral, la consultora Heidrick & Struggles, señala “…que hay un incremento significativo en la necesidad de contar con ejecutivos que exhiban un tipo diferente a nivel de liderazgo, más empático y resiliente a los cambios, éstas características calzan en sincronía y potencialidad en mujeres ejecutivas”.
Estudios globales realizadas el año anterior 2021, a finales alcanzaron el 13 por ciento, de todos los directores ejecutivos designados eran mujeres, en comparación con solo el 6 por ciento en los seis meses anteriores. es decir, existe un crecimiento sostenido en las empresas, aunque existe retos mayores de reducir brechas sobre la preferencia que aun poseen el género masculino en las empresas, sólo 10 de cada 76 designados son mujeres.
El aparte de las mujeres ejecutivas cada vez más va tomando consistencia y relevancia, se dirigen a cubrir demandas en puestos laborales claves en las organizaciones privadas con rangos ejecutivos, e incluso van redirigiéndose a instituciones de carácter público en funcionarias de alto nivel, no obstante todavía en visión de especialistas indican que el proceso aun es lento y queda por trabajar, se espera que ésta se revierta y que las opciones sean abiertas, por las capacidades que demuestran ellas.
La contribución que realiza las mujeres ejecutivas ejerce un estilo diferente de comunicación, más positiva y proactiva, constituyéndose un modelo a seguir, visualizan claramente las diversas opciones frente a la sociedad, más diverso, equitativo y sostenible.
Giacomo Rizzolatti, explicaría que “… las mujeres activan las zonas especulares de la empatía para descodificar mejor las emociones de los demás, mientras que los hombres son capaces de separar su emoción de la del otro”, analizada por Simon Baron-Cohen en su manuscrito “la gran diferencia”, expone “…cómo actúa realmente los cerebros de hombres y mujeres, la mente femenina está cableada para sentir empatía, mientras que la masculina está diseñada para sistematizar, es decir, para planear u organizar cosas”.
Las ventajas están en el nivel de capacidad de socialización que poseen y el estilo de liderazgo que impregnan, que van más allá de las relaciones interpersonales y la capacidad de trabajo en equipo, la empatía que demuestran tiende a beneficiar sobre el compromiso, cooperación, innovación, exclusividad, en cambio el género masculino suele ser más directos y enfocados en comunicar sólo la información esencial.