Fuente: Finanzas Personales
Uriel Rigoberto Quispe Quezada
uquispe@unah.edu.pe

La alta vulnerabilidad laboral, en que no existe en la mayoría de los casos la posibilidad de continuar de forma permanente en las organizaciones, son una de las causas, que estimula a las personas a la iniciación de un emprendimiento y que permita la obtención de ingresos por este medio.


En ocasiones, esta decisión no nace de una debida planificación, sino que se realiza en un momento de reacción, frente a las necesidades urgentes en obtener ingresos, sin tomar en cuenta aspectos mínimos que les permita consolidarse y proyectarse responsablemente.

Es necesario tomar en cuenta, que cualquier iniciativa que se tenga que cristalizar amerita cierta inversión y poner en riesgo este capital mínimamente deberá ser analizada objetivamente, estudiando el giro del negocio en el que se desea incursionar y operar.

Es sabido, que en el país existe una alta mortalidad de emprendimientos, que incluso no superan los 3 años de operatividad. Las causas en cierta medida provienen en la etapa de crisis, en la que se vio como alternativa hacia la obtención de ingresos.

Influida en algunos casos, por la opinión del núcleo familiar, amistades o el entorno de los negocios, que surgen continuamente y están presentes a la vista, más allá de la capacidad que se observa, no reflejan si realmente están en la senda correcta y generen rentabilidad.

A medida que va operando la actividad emprendedora, se dan cuenta de que el negocio no es tan rentable como se pensaba, éstas probablemente se den por múltiples razones, aunque parezca disímiles es necesario contar con al menos conocimientos previos del negocio al que se emprende.


Es esencial, conocer o apoyarse con personas capacitadas en temas de manejo contable y financiero, aspectos tributarios, gestión administrativa, comercialización y ventas y entre otros.


Fuente: Medium

En lo posterior, tendrán la capacidad disuasoria de tener que analizar, evaluar y tomar decisiones, si amerita continuar con el emprendimiento o caso contrario desistir frente a ella.

Existen también, aquellos emprendimientos que a partir de las crisis han logrado identificar oportunidades y posicionarse en el mercado a través del tiempo, analizando cada uno de los aspectos importantes desde su nacimiento o durante el proceso de operatividad, han logrado habituarse y ordenarse corrigiendo prácticas de manera responsable, muchos de ellos son actualmente casos de éxito.

El Perú, sigue siendo un país netamente emprendedor en la etapa temprana, continúa liderando en América Latina, ocupando el cuarto lugar con mayor intención de emprender y el octavo lugar en el mundo, según el ranking 2019 de Global Entrepreneurship Monitor (GEM), más allá de estas posiciones, se debe buscar la forma de que superen el periodo de mortandad para consolidar las iniciativas más jóvenes.

El Estado, a partir de sus políticas debe estar orientado en atender las necesidades de estas iniciativas empresariales, facilitando los medios y las disposiciones adecuadas, poniéndose en lugar de los emprendedores y no aplicando medidas contrarias, que no contribuyen al desarrollo de estos negocios, que tienen serias dificultades en su larga travesía de mantenerse en el mercado.

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