El traslado de la estrategia hacia la matriz 3M significa operacionalizar el foco estratégico seleccionado, la propuesta del valor y el modelo de negocios a seguir a través de acciones concretas.
Los objetivos estratégicos son llevados hacia esquemas de implementación, seguimiento y ajuste. La matriz 3M descrita en la metodología del “Diamante de la Excelencia Organizacional” o matriz de tablero, abarca Medios (Inductor), Metas (lo que la organización quiere alcanzar en un periodo determinado) y Medidas (KPIs o indicadores).
Se establece una matriz donde se describen estrategias basadas en las perspectivas, metas, indicadores, responsables, frecuencia y acciones que operativizan al modelo de negocio, lo que permite medir el cumplimiento de la estrategia. Además, se realiza una ponderación a nivel metodológico de los indicadores que reflejan el margen de contribución a la estrategia y desarrollan un sistema de recompensas.
Para iniciar se debe definir las perspectivas a través de la dirección, estas pueden ser: perspectivas financieras, del cliente, responsabilidad social, operaciones, aprendizaje y crecimiento, entre otros; estas proyecciones nacen de acuerdo a la visión, misión y objetivos de la organización.
Dentro de cada perspectiva se define uno o varios objetivos, cuya medición se hace mediante indicadores estratégicos (KPIs), obteniendo resultados que se ponderan a nivel porcentual, considerando la intensión del indicador, las fórmulas, unidad de medición, frecuencia de cálculo, disponibilidad, responsable del indicador, etc.
Seguidamente se determina la meta de cada indicador, para finalmente tomar acciones respecto a cada perspectiva, es decir los medios de la matriz 3M.
Después de haber elaborado la matriz 3M (medidas, metas y medios) el siguiente paso es realizar la interacción con las unidades operacionales o misionales de la empresa, lo que se conoce como la conexión causa efecto entre eficiencia organizacional y la efectividad de la estrategia.
Esta matriz permite desarrollar un cuadro de mando integral que facilita la semaforización de cada una de las estrategias, facultando el seguimiento y control del modelo de gestión propuesto. En una escala que va hasta el 100%, se describe la fórmula de cálculo, la utilización del semáforo es dada por un efecto de visualización rápida y resumida que permite un mejor monitoreo y alerta a los que disponen de la fracción operativa.
Se visualiza de manera rápida, verde (bueno), ámbar (regular), rojo (malo), estas marcas se incorporan en una celda, registrando los resultados obtenidos, los mismos que facilitan al talento humano que dirige las acciones estratégicas para una eficiente toma de decisiones.