El turismo siempre promulgó como gran premisa, que es una actividad social que permite el intercambio de relaciones interpersonales y el conocimiento de diversas culturales a nivel mundial,
que permite tener amistades al otro lado del mundo y establecer la paz entre los países al romper las barreras de las fronteras. Ha permitido ser más humanos y vivir la felicidad por cada recuerdo de un viaje anecdótico e inolvidable.
En estos tiempos, de pandemia mundial, se siente la amenaza con tan sólo pisar la vera de tu casa, se siente la absoluta inseguridad al no saber si al volver traerás consigo este virus mortal a casa, con los tuyos. Este mal famoso y enemigo fantasma, nos hizo dar vuelta y media nuestra forma de vida.
Ecuador, México, España, y en Perú como los webinar “lovers”, que permiten acceder a encuentros interesantes con enfoques distintos debido a esta realidad,
Los sectores económicos entre ellos el turismo, se encuentra en gran desolación, todos parecieran afirmar que no hay futuro para enrumbarnos y salir adelante; sin embargo, se ha iniciado un fenómeno en países como Ecuador, México, España, y en Perú como los webinar “lovers”, que permiten acceder a encuentros interesantes con enfoques distintos debido a esta realidad, donde apostar por establecer estrategias funcionales entre el sector privado y el público se deben armonizar para lograr el match perfecto, la hoja de ruta debe permitir un desarrollo equilibrado y la promoción de destinos turísticos legítimos que tengan representatividad y emitan mensajes de seguridad y responsabilidad a los visitantes de hoy.
¿Existe oportunidad? Desde esta perspectiva positiva, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo – MINCETUR, ha establecido protocolos que deben adaptar las empresas relacionadas al sector turismo, esto indica inversión y una reinvención en los procedimientos de operatividad en cada una de las áreas. Existe la probabilidad que estos procedimientos no sean la verdad absoluta, pues recordemos que es un enemigo nuevo e invisible.
Es un panorama singular que a través de los días deberemos conocer y enfrentarlo con inteligencia. Por lo que, los esfuerzos de la academia deberán tener mayor realce, el rol resulta importante y trascendental en la formación de los futuros profesionales de turismo, hay retos que afrontar, habilidades que desarrollar y actitudes inherentes a nuestra vida diaria a realizar.
Se tendrá que realizar procedimientos como certificaciones en procesos de inocuidad que brinden seguridad a los clientes, adquisición de nuevas competencias digitales y/o tecnológicas las cuales permitan la humanización en el servicio. Para ello los profesionales en turismo desarrollan valores de honestidad, integridad, capacidad de adaptación e innovación; los viajes no serán los mismos, aprenderemos a construir experiencias novedosas para grupos pequeños, usos de espacios al aire libre y establecer una estrecha relación con nuevos modelos de consumo.
La situación no está perdida, el turismo en resiliencia es como aquel barco en altamar que se niega a naufragar, existe pasión por nuestra profesión y profesionales capaces de afrontar lo incierto; hoy sobrevivirá como siempre lo ha sido, el tributo a la competitividad, que ven soluciones donde solo hay problemas. ¡Seguimos!