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Internet en general, y los sitios web oficiales en particular, han cambiado fundamentalmente la relación entre los ciudadanos y sus gobiernos al facilitar el acceso a cantidades masivas de datos que pueden ser recopilados,
distribuidos y transformados por empresas privadas, periodistas, organizaciones cívicas, y el público.
Iniciativas de gobierno abierto como portales de datos, sitios web para el monitoreo público del gasto gubernamental, herramientas de redes sociales, reuniones en línea, comentarios sobre políticas públicas y las regulaciones han jugado un papel crucial en la promoción de la transparencia, participación y colaboración.
Esta expansión de las tecnologías de la información y la comunicación, han contribuido a la adopción y difusión de políticas y prácticas gubernamentales de transparencia definidas, como la publicidad de todos los actos del gobierno y sus representantes para proporcionar a la sociedad civil información relevante de manera oportuna, útil, comparable y lo más importante en un formato accesible.
A pesar de la importancia de la transparencia, el acceso y la difusión de la información que deben incorporarse como valores centrales en la administración pública, las políticas actuales no han podido producir herramientas adecuadas para medir, evaluar y comparar la transparencia en los distintos niveles de gobierno.
Las contribuciones al tema tampoco han logrado abordarlo desde la perspectiva de las partes interesadas, particularmente en la contabilización de indicadores que incluyen los índices de transparencia, a pesar de existir una normatividad relativamente clara, estas se incumplen parcial o totalmente.
Reconociendo el papel de la transparencia para mejorar la rendición de cuentas y la buena gobernanza, podemos valorar el método participativo para determinar la ejecución del presupuesto, permitiendo al interesado una “evaluación corporativa”, que evita indicadores meramente legales y formales.
Un índice basado en las opiniones de las partes interesadas constituye una forma de colaboración para mejorar transparencia y rendición de cuentas que se cree que aumentan el capital social y fomentan una cultura de inclusión y diversidad en las comunidades locales facilitando su participación.
La página web oficial de un ente estatal es probablemente la forma más duradera de proporcionar información, asegurando así objetivos de transparencia a largo plazo, permitiendo crear puntos de referencia nacional, a través del análisis de la información puesta a disposición de los ciudadanos.
La disponibilidad de información por sí sola no mejora la calidad de la democracia, pero puede empoderar a los ciudadanos para monitorear y participar en el gobierno. Es importante la publicación de un ranking de instituciones que cumplen con los registros de trasparencia, porque busca generar presión e incentivos para que las autoridades mejoren sus herramientas de comunicación e interacción con la ciudadanía, logrando así un gobierno más abierto, responsable y participativo.