Fuente: ESAN
Mirtha Yanina Coronado Cárdenas
miyazul.20.cc@gmail.com

La familia, célula fundamental de la sociedad, en la actualidad, no está cumpliendo su rol adecuadamente, puesto que esta institución básica no aporta como debe ser en el desarrollo biológico, psicológico y social del hombre para su inserción en la sociedad.


Por ende, no se cumple con la función educativa-cultural que consiste en un proceso de transmisión de la experiencia histórica y social de la vida, los valores ético-morales, las normas y principios para el proceso formativo de la personalidad del individuo y, en general, la formación de las futuras generaciones.

Por tanto, se podría afirmar que la sociedad actual se ha encargado de deshumanizar al hombre, creando un ser lleno de antivalores como la irresponsabilidad, la falta de respeto y autenticidad, la desconfianza, el egoísmo, la deshonestidad, la injusticia, indisciplina, deslealtad, incompetencia, ingratitud, la falta de solidaridad, entre otros; aspectos que reflejan un déficit en la práctica de los valores, aquellos que son el cimiento de todo ser humano y sin los cuales nos encontraríamos como una edificación erigida en base a un cimiento endeble que en cualquier momento se puede devastar.

Del mismo modo, es necesario enfatizar que un ser humano sin valores es frágil, propenso a caer vencido ante las adversidades, obstáculos o pruebas que le presenta la vida, puesto que sus progenitores o maestros no le proporcionaron la armadura necesaria para enfrentar los acontecimientos que conducen su vida. Se desplaza como un barco sin brújula ni dirección, el cual sin orientación se dirige rumbo al naufragio; también como un soldado que acude a la guerra sin armamento alguno y va solo de carnada.


Fuente: Jujuy Al Momento

Como bien lo dijo Jacinto Benavente, “La vida es como un viaje por mar: hay días de calma y días de borrasca. Lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco”, solo con un buen cimiento se podrá lograr que la persona se enrumbe con dirección a un objetivo o meta, venciendo los obstáculos que podrían presentársele en la vida.


Por ende, se podría mencionar que los valores posibilitan que el hombre se realice como persona; es decir, estos son imprescindibles para que este crezca con solidez y consistencia, lo cual le permite afianzar sus niveles de autoestima, desarrollando una conciencia individual y social que le permita enfrentar la crisis actual.


En conclusión, todos requerimos de un buen cimiento que nos ayude a esforzarnos para lograr nuestros éxitos, enfrentando las diversas circunstancias que nos presenta la vida y renaciendo cual ave Fénix ante una caída fortuita, con el único propósito de transformar la sociedad y dispersar la semilla que germine una nueva generación que muestre su lado humano y moral, sin desacreditar el rol que debe cumplir la familia en la formación de la personalidad de nuestros futuros ciudadanos.

Como Assegid Habtewold afirmó “Tus valores definen quién eres realmente. Tu identidad real es la suma total de tus valores”; es decir, la actitud del hombre expresa sus valores, creencias y expectativas, por ello lo que cada uno realice en la sociedad reflejará quién en realidad es y por tal manifestará su origen, formación y nivel cultural.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *