La inteligencia de los perros, aún no se cataloga como tal, al no igualar al razonamiento de los humanos; en esto siempre ha habido dos grandes teorías, los filósofos griegos como Descartes y demás que aseguraban que solamente estos sentimientos de pensar razonar estaban ligados a la condición humana, es decir el hombre, en concordancia con Filósofos analíticos como McDowell (2003) y Davidson (2003) quienes argumentan lo que podríamos resumir en una idea principal: “Al no poseer un lenguaje como el de los seres humanos, el resto de los animales no pueden ser racionales y, por ende, tampoco inteligentes”.
Actualmente existe información científica con datos relevantes a favor de la inteligencia animal conjuntamente con la participación de los etólogos, quienes aseveran que “hay una continuidad entre la inteligencia animal y la humana”, por resultado de un proceso evolutivo. Ya Darwin en el siglo XIX abogaba a que, si bien es cierto que no razonan exactamente igual. pero sí que tienen indicios de que tienen un pensamiento racional, un pensamiento que va a ser distinto, y es un pensamiento que se le llama pensamiento condicionado; es decir, el perro piensa o razona en condición a obtener algo a cambio, es decir, si estamos comiendo un trozo de carne el perro va a llamarte la atención para que compartas ese alimento con él, dentro de un claro pensamiento racional, que no es necesariamente un razonamiento a largo plazo, ya que no piensa o razona sobre hechos del pasado, ni tampoco piensa o razona sobre el futuro próximo, pero que elabora un pensamiento racional para obtener una recompensa, eso sí, cualquier etólogo canino lo va a corroborar; los perros pueden tener depresión o ansiedad cuando uno se va de la casa, como las personas ansiedad por separación.
El cerebro de un perro ya casi adulto es muy similar al cerebro de un niño es decir responde a unos estímulos muy parecidos y responde por ejemplo a comportamientos de empatía, pudiendo sentir tristeza, amor, pena o lástima por alguna cosa que le ha ocurrido mucho más que otras especies, debido a que su corteza cerebral en la parte más superior de su cerebro tiene una concentración neuronal, pues que es muy superior por ejemplo a los gatos, y esto pues hay que decirlo así en los perros está demostrado que son más inteligentes que los gatos y no porque uno pueda tener favoritismo por un perro, pero hay más neuronas en el córtex cerebral de un perro que en el córtex cerebral de un gato y esto es un hecho científico, no es discutible; por lo tanto, el pensamiento de un perro va mucho más allá que la del resto de los animales
El perro doméstico nos ve como parte de su manada, porque les proporcionamos alimento, les cuidamos cuando está enfermo, y por ello somos una parte fundamental y no sólo desde el punto de vista egoísta de proporcionarles alimento o cobijo o lo que sea sino como referente en cuanto al comportamiento.
Referencias:
- Davidson, D. (2003). Subjetivo, intersubjetivo, objetivo. (O. Fernández Prat, Trad.) Madrid, España: Cátedra.
- McDowell, J. (2003). Mente y mundo. (M. Á. Quintana Paz, Trad.) Salamanca, España: Sígueme.