La esencia o el ser de la divina belleza quedó herida para siempre, tal como dice Theodor W. Adorno “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”, ello se reafirma con el manifiesto “No se puede escribir poesía después de Auschwitz”.
La belleza es lo divino, puede ser representado con la sagrada música, la cual no tiene conceptos y es mejor que no la tenga. ¿Qué es música?, aunque no hay una definición concreta, es una creación de la humanidad. ¿En qué momento se hirió la sagrada música?
La “Sinfonía n.º 9” (1824), creación del sordo Beethoven, el genio de Viena, cuya pieza musical contiene la “Oda a la alegría” (1785) del romántico Schiller, el más subliminal de los cantos que exhorta a la humanidad diciendo: ¡Abrazaos millones de criaturas!/ ¡Que un beso una al mundo entero!/ Hermanos, sobre la bóveda estrellada/ debe habitar un Padre amoroso”, fue interpretada el 19 de abril de 1942 por ocasión del onomástico de Hitler.
Wilhelm Furtwängler, el gran director de la Orquesta Filarmónica de Berlín, quien también ejecutó su música en las convenciones del partido y la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1936, estuvo al servicio del poder haciendo que la divina música se mezclara con la maldad de Satán. El bien sirve al mal, el horror utiliza para sus beneficios a la belleza; por ende, el arte está al servicio de la política.
Por otro lado, en la pintura Los fusilamientos del 3 de mayo (1814), realizada por el pintor Francisco de Goya, se observa el horror. Los asesinos con fusil, hombres de Napoleón que llevaron las tres palabras sagradas (libertad, igualdad y fraternidad) no tienen rostros, pero no fallarán al disparar. Las víctimas son inocentes, tienen rostros de pavor porque saben que el ejército francés es eficiente al matar. Entonces, la pulsión de matar se torna en arte que el pintor denuncia.
Asimismo, Pablo Picasso en la pintura El Guernica (1937) plasma el horror a través de la presencia de varias víctimas como los animales (toro, caballo y paloma), cuatro mujeres y un varón, quienes sufrieron el bombardeo de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) sobre el pueblo de Guernica durante la guerra civil española. El genial artista denuncia el horror de la guerra y la deshumanización. Los animales padecen la crueldad humana, pero no tienen angustia; en cambio, los hombres se angustian al saber que van a morir.
Por tanto, podemos afirmar que aún hay seres humanos optimistas como Leibniz, quien en su obra Los Ensayos de Teodicea (1710) argumentó que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Mientras, otros pesimistas como Voltaire, quien lo contradice al manifestar en su novela Cándido (1759): “El mal está enseñoreado de la tierra”. Solo nos queda cumplir el quinto mandamiento No matarás y así ayudar para que el bien triunfe.
En fin, la belleza ha sido herida por la pulsión de matar del hombre, por ello aquellos hombres con consciencia crítica deben tomar la batuta y luchar en favor de la pulsión de amar.