Llegué a casa de Olga el martes siete de marzo a las tres y media aproximadamente. Esta vez no paré en casa de José porque el chofer me acercó amablemente hasta la entrada del camino. Saludé a los niños y me senté a descansar. A los pocos minutos, decidí caminar hacia la casa de José. Al llegar al camino, vi que venía Olga con David en la moto. Nos saludamos alegremente y David me dijo para ir a cazar en ese momento, por lo que regresé a la casa. Ya sentada, Olga me dice: “llévate una casaca para los mosquitos. Hay luna llena, llegareis sobre las nueve de la noche”.
David avisó a los dos jóvenes de la casa para que preparasen sus cosas, cogieran la linterna, la escopeta y el costal. Los cuatro, nos fuimos en la moto con carro hacia la altura de Omaya, llegando al río Apurimac para cruzarlo en chimpa, en una plataforma con motor. Antes, habíamos parado a comprar hoja de coca para chaqchar en el monte y comer una rodaja de piña en el momento para hidratarnos. Llegamos a un lugar del monte, a una chacra-huerta, cuyos dueños conocían a David y le daban paso para ir a cazar al monte, ya que entendían que era parte de sus costumbres asháninkas y de su dieta alimentaria. Sólo cazan en momentos especiales o cuando la necesidad lo requería. En esta ocasión, se trataba del cumpleaños de Isha y Olga, su suegra y su esposa. Queda un remanente del cazador-recolector en proceso cada vez mayor de aculturación.
Llegamos a la casa de madera y nos sentamos a conversar con el joven y su mamá, chaqchando coca y fumando cigarro Mapacho, que José trajo de su comunidad Shipibo de Pucallpa. Antes de anochecer, abandonamos el lugar para adentrarnos en el monte caminando, donde David identificaba los caminos del samani, un tipo de roedor de gran tamaño. Ubicamos un lugar donde quedarnos, esperando el paso de los animales al anochecer y antes de que saliera la luna. Estuvimos hasta las ocho de la tarde. No conseguimos cazar ningún samani. Parece ser que no era un buen día para ello. Al salir la luna llena, regresamos, nos paramos en el camino en un descampado donde nos sentamos a chaqchar coca y a fumar cigarro Mapacho. Con la luna llena, podía contemplarse el paisaje de la selva con otro matiz de belleza nocturna, abstrayendo las formas de los árboles y las plantas en su contorno. Se genera una experiencia perceptiva de carácter gestáltico e incluso proyectivo, casi como el negativo de una película fotográfica. Venía a mi mente el mito Kashiri que me había narrado Olga y me hacía pensar e imaginar como plasmarlo pictóricamente en ese momento.
Nos despedimos rápido de la familia y nos fuimos hacia el río para cruzarlo antes de que se terminara el servicio de pase, a las nueve de la noche. Sin embargo, paramos en unas charcas de agua para ver si había lagartos. Cazamos un lagarto, saniri en idioma asháninka. Esta parada nos llevó un tiempo que cuando fuimos al río para cruzarlo ya no había pase. Eran las nueve y media de la noche. Regresamos con la moto y nos quedamos a dormir en las afueras de la casa de madera. Dormimos en el suelo, a la intemperie, bajo una calamina con unas mantas sobre el cuerpo y un trozo de palo como almohada. Los mosquitos no nos dejaban dormir a los que nos quedamos. David no durmió en toda la noche, preocupado porque no habíamos cazado samani para el cumpleaños de Isha y Olga. Aunque ya teníamos un lagarto. De madrugada, David llegó con dos monos, pitoni en idioma ashaninka y un sapo llamado pirinto. Al final nos fuimos al cruce del río casi a las cinco de la mañana. Al momento de cruzar el río, empezó a llover. Por fin pudimos volver a casa amaneciendo a las seis de la mañana el día ocho de marzo de dos mil veintitrés, cumpleaños de Isha y Olga. Los dos pitonis (monos) se prepararon y cocinaron en las primeras horas de la mañana, donde pudimos degustarlo con Isha y sus nietas, nietos y familiares, al lado del fuego. Los animales cazados se comparten en la familia presente en el momento. El saniri (lagarto), se preparó dos días después del cumpleaños, compartiéndolos con la familia y la familia de José.
Le obsequié a Isha como regalo un cuchillo para cortar la yuca, pues siempre que voy está en su fuego de leña con su cuchillo cortando yuca. Lo pensé desde la praxis cultural basada en mis experiencias previas de más de dos años. Ese día se llevaría a cabo la celebración del cumpleaños de Isha y Olga por la tarde-noche, en un evento donde aparecieron todos los hijos e hijas de Isha, familiares, personas de la comunidad y algunas personas llamadas colonas, pertenecientes a Kimbiri y amistades de Olga. La celebración del cumpleaños fue en el contexto de una yunsa con una piñata y José como moderador dirigiendo la actividad con el micrófono. Intervinieron un familiar, el hijo mayor, Olga y, finalmente, después de la yunsa, los mayordomos de la yunsa del próximo año.
La actividad de la yunsa se celebra en el contexto de los carnavales, tratándose de bailar con un hacha alrededor de un árbol grande trasplantado. En este caso, era un árbol de pacay. El árbol estaba cargado de diferentes tipos de regalos: sandalias, pañuelos, comida, elementos de cocina y tinas de baño. La actividad la dirigían dos personas que nos emparejaron de a dos, mujer y hombre. Nos iban eligiendo por parejas para salir al medio a darle unos hachazos cada uno al árbol. Previamente, se tomaba masato y cerveza. Personalmente, solo tomaba masato. La actividad era acompañada de música andina durante la yunsa, de carácter rítmico y persistente.
Tanto, que al final parecías entrar en trance musical dando vueltas alrededor del árbol bailando y subiendo el nivel de ingesta de masato, y cerveza. El árbol fue tumbado entre el esposo de Olga y una pareja, de los cuales el hombre es Awajún que trabaja en Kimbiri, casado con una mujer natural de Kimbiri. Previo a la Yunsa se celebró una piñata con los familiares de Isha, hijos, nietos, nietas, tíos, tías y primos, en la que participó en primer lugar Isha y Olga. Se le cantó el cumpleaños feliz a Isha y Olga con una torta sobre una mesa con un fondo adornado propio de los cumpleaños modernos. La comida consistió en un plato de mondongo con carne para cada persona. Después de la Yunsa, se continuó celebrando con masato y cerveza, hasta que poco a poco se fueron retirando los invitados. Podemos concluir que hay un proceso de aculturación asháninka-andino-modernidad, una síntesis cultural de tradiciones y grupos humanos diversos y personas de diferentes regiones del Perú (asháninkas, shipibos, awajún, región andina) en el transcurso de movilización del hombre por la tierra, como un ser migratorio y en cierta medida nómada.
Requeriría un espacio mayor para describir con mayor amplitud el evento y sus análisis correspondientes. Lo que nos convoca son los valores humanos de unidad y cohesión, la capacidad de adaptación humana a los diferentes entornos y personas, incluyéndome a mí, e integrándome como parte de su familia asháninka. En este caso, resalta como parte del ciclo vital, el cumpleaños de Isha como una mujer asháninka centenaria, sin saber su fecha de nacimiento exacto. Aproximadamente, le han regularizado el documento con la fecha de 1930. Aunque todos saben e hicieron presente en el evento que piensan que tiene cien años o más. El término Isha significa en idioma asháninka Abuela, en referencia a que es la mujer más antigua y mayor de la comunidad de Sampantuari, siendo la última mujer asháninka de mayor edad, la depositaria de la historia de su comunidad y de saberes ancestrales. Todos la conocen y la llaman como Isha, aunque su nombre es Paola Medieta Morales.
Después del cumpleaños, cuando fuimos a la catarata “Ángel-Ángela” de Omaya a vender el pescado con David y Olga, Olga me comentaba que su mamá vivió hace muchos años en la zona de la catarata, cuando eran recolectores. Iban caminando por diferentes lugares, una o dos familias. De aquí se iban para Santa Rosa, o para Otari, rotando de manera nómada por temporadas en un ámbito territorial relativamente amplio, desde cruzando el río a la región de Ayacucho actual hasta Junín en la comunidad de Cutivireni. Esta práctica sigue vigente en la actualidad, aunque de manera más sedentaria y con las delimitaciones y problemas territoriales actuales. No tenían registrada la propiedad. Todo era su territorio. David comentó que Isha le decía que en la parte de atrás de la catarata había muchas palmeras, un lugar muy bonito, donde estaba enterrado un familiar y que no fuera más para atrás porque era peligroso. Para terminar, presento una breve entrevista sobre la celebración de cumpleaños asháninka, su cambio cultural y la edad de Isha.
Transcripción entrevista:
Olga: realmente tradicionalmente nunca han celebrado el cumpleaños, porque no sabemos cuándo hemos nacido. Pasamos como cualquiera día. Cuando hay masato toman. Ya, pero en hoy día ya pues cambió ese pues como se llama, la parte tradicionalmente, no. Nosotros celebramos, pero celebran cuando siempre cumple su cumpleaños su hijito. Si tiene chacra, hace minka. Trabaja esa minka y en la tarde viene a celebrar, bailar, es tomar masato, con los compadres, familiares, todos los niños vienen a celebrar con ellos. Y papá bailan y los niños duermen
I: Y ¿ahora cómo se celebra?, ¿con yunsa?
O: y ahora ya celebra con Yunsa
I: O sea, es como ¿más andino?
O: Es como andino ya, como carnaval, no
I: Pero propio ashaninka, ya ¿no se celebra?
O: Ya no hay ya, pero más cuando propio ashaninka, hace este como se llama. Cuando no quieres hacer yunsa, hace este con minka, Ayni
I: Ayni ¿es una ayuda entre personas, entre familias?
O: Entre personas, entre compadres, todos adultos. Y hace pues trabajar pues en la chacra, eso minka se llama. Y en la tarde viene a comer, cocinar la mamá, y así se celebra el cumpleaños, y se come y se bebe con masato. No había cerveza, puro masato. Pero en hoy día ya como se ha cambiado mucho, y tampoco, la escasez de yuca. Ahora como hay presencial, cerveza, vino, wisky, no se, cualquiera que sea licor, pero ya practican con yunsa ya. Anteriormente yunsa, colgaban pues, yuca, colgaba frutas, no. Esas cosas colgaba en árbol. Pero en hoy día ya no ya
I: dices que tu cumples con tu mamá, pero tu mamá no sabía en qué día nació
O: mi mamá este, mi mamá es iletrada, no entiende castellano, no ha estudiado nada, y no ha tenido su documento, es indocumentada. Y por mi parte yo he hecho regularizar su documento
I: ¿ya de mayor?
O: ya de mayor, entonces, para que pueda también tramitar su pensión 65. Le he regularizado, hemos puesto su fecha de, la señorita me ha dicho treinta de, 1930
I: ¿le has puesto 1930?
O: 1930, pero no se sabe. Hemos puesto calculando por mi edad, porque soy la última. Ha calculado, entonces hemos puesto 1930
I: 1930 pues ¿tiene casi 100 años?
O: 8 de marzo ha puesto
I: ¿por qué pusiste 8 de marzo?
O: porque no podíamos inventar otro, lo único poner 8 de marzo a ella y yo por cariño
I: ¿tu si tenías documento desde que naciste?
O: desde que nací, no, tampoco. Yo tenía mi documento cuando tenía 15 años. Pero me han registrado, aproximado, de seis años calculando, en acta
I: ¿te registraron a los seis años?
O: a los seis años me han registrado, aproximado me han dado mi edad
I: ¿y qué día te pusieron a ti?
O: 8 de marzo, de 1977. Puede ser más o puede ser menos. No sé, quien sabe, y eso no se sabe.
I: ¿y cuando tu quisiste regularizar los documentos para tu mamá pusiste 8 de marzo para que coincidiera contigo?
O: 8 de marzo, con el cariño, pero no se sabe cuándo ha nacido ella. Y es el día de la mujer