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Es un método que se debe desarrollar en estos nuevos escenarios de pandemia, más cuando el negocio del micro empresario pasa por situaciones de incertidumbre, adaptabilidad y compromiso social.
Gestión de personas, va más allá de la administración de los recursos humanos, se asocia a los sentimientos, sensaciones, frustraciones, miedos, esperanzas, negaciones e ilusiones. En la organización son las capacidades y habilidades para el aprendizaje colectivo, permite lograr una ventaja competitiva con una “arquitectura estratégica” cuya función es administrar personas que den soporte a la relación con el cliente.
Si entendemos a la gestión de las personas como un proceso, tal como lo define Chiavenato, se establecen cinco procesos básicos: integrar, organizar, retener, desarrollar y auditar a las personas, los cuales están interrelacionados y son interdependientes.
Aquí se desprende un elemento que podría funcionar como impulsor del cambio y de la adaptabilidad de las organizaciones a una “nueva normalidad”. En esta situación volátil ¿cómo será la función del nuevo líder? ¿debe adaptarse sólo o con su equipo?
La transversalidad de la gestión de las personas, en todos los procesos estratégicos, misionales y de apoyo de la organización, ahora se encaminan con un liderazgo variable, orientado al logro de competencias, buscando aprovechar las oportunidades y transformar las debilidades.
El 2020 se asomó con cambios en el modo de trabajo, si bien es cierto a nivel mundial ya se implantaba el teletrabajo o trabajo online, en nuestro país ese proceso se encontraba en etapa de iniciación, la pandemia obligó a muchos a permanecer en sus hogares, mejorar sus competencias en TIC y adquirir equipos sofisticados, para una buena comunicación virtual y el desarrollo óptimo de sus labores, un dechado de gestión de personas.
La felicidad es el anhelo máximo de los seres humanos, en toda empresa se requiere de colaboradores que estén felices con lo que hacen a diario, eso mejora su rendimiento, para ello se les debe empoderar en la toma de decisiones, se debe practicar la equidad, la confianza, el respeto y el reconocimiento.
Los empresarios son responsables de convertir a sus empresas en lugares ideales para trabajar, con un entorno que le pertenezca al trabajador y lo reconozca como parte esencial de la organización al margen del puesto que ocupe.
Las posibilidades de la gestión de personas se ven afectadas, es importante replantear los negocios, a partir de las nuevas realidades, la carencia debe ser inspiradora de estrategias basadas en el valor, desde una visión compartida por quienes componen los equipos de trabajo, siempre el líder motivador conduce al logro de objetivos.