Recientemente, una de las más talentosas empresarias en el País, Marina Bustamante ha sido galardonada por la revista Forbes, dentro de las 50 mujeres más poderosas en el Perú, reconociendo su trayectoria y crecimiento empresarial que ha tenido a lo largo de hace más de seis décadas.
Hoy en día su marca comercial es reconocida en el Perú y en el Mundo “Renzo Costa”, logrando cristalizar sus aspiraciones y metas en la industria del cuero, no obstante a costa de sacrificios deja un claro mensaje y oportuno, existe una singularidad desde sus inicios a la actualidad, si bien es cierto que se forjó en una etapa de crisis económica y social que estuvo presente en la década de los setenta y ochenta, éste se constituyó en un gran desafío de lograr consolidar su emprendimiento y aspirar su crecimiento.
Este hecho, se hace familiar en la actividad comercial de todos los días, la presencia de diversos escenarios se hacen con mayor incidencia a la vez, esto claramente está interiorizado por la actividad emprendedora, desde la concepción de la idea existe un claro discernimiento de lo se viene y a lo que hay que atenerse, sortear las múltiples dificultades es una motivación constante, romper paradigmas mentales cada vez más es evidente, si realmente existe pasión por que lo que hace y se cree fervientemente en hacerla realidad.
Iniciar un emprendimiento se convierte en una gran oportunidad de brindar opciones a un mercado consumista, es claro desde cualquier actividad comercial, pueda generar ideas emprendedoras innovadoras, capaces de brindar alternativas a un público cada vez asiduo de adquirir bienes y/o servicios.
En esta exigencia, hoy en día el peruano posee una habilidad innata que es reconocida a nivel internacional, somos un país que se encuentra en el segundo lugar a nivel latinoamericano de mayor cantidad de emprendimientos, si bien estas cifras son alentadoras, también se muestran ciertas debilidades, éstas no logran consolidarse al cabo de tres años, las razones son múltiples, siendo los puntos neurálgicos el desconocimiento del negocio y la incapacidad de gestión.
Iniciativas innovadoras van desde la opción de identificar las diversas potencialidades que ofrece la localidad, desde el aspecto productivo a la puesta en valor con la transformación de la materia prima, en el ámbito comercial existe un vasto nivel de opciones que logren convertirse en ideas innovadoras, y lo mismo ocurre en todos los rubros económicos.
Una limitante que muchas veces suele convertirse en una barrera en llevarlas a cabo está el tema de financiamiento, existe diversas opciones que logran brindar asistencia financiera en sendos concursos de emprendimientos por parte del sector privado e instituciones públicas.
Otro de los medios que va tomando mayor relevancia, nace desde la academia, logrando impulsar emprendimientos de estudiantes con ideas innovadoras, con una clara intención de promover activamente una mentalidad emprendedora a través de unidades de incubadoras de negocios y centros de innovación, en algunos casos otorgándoles capital semilla, montos mínimos que se constituyen el paso inicial de cristalizar ideas.