La Organización Internacional del Trabajo, reporta que, existe en el Perú, más de un millón de jóvenes desempleados, entre las edades de 14 y 25 años, representando un 16.6% del total de seis millones de jóvenes que radican en el País.
Indicadores alarmantes, que explicarían que aún existe serias dificultades en el acceso a oportunidades laborables, relegándose en el tiempo su inserción, a que puedan demostrar sus habilidades y conocimientos en las áreas de su interés.
En ese sentido, es indudable que se requiere poner atención a implementar acciones que reduzcan estas cifras, implementando estrategias asertivas mediante programas nacionales que fomenten empleabilidad en jóvenes desempleados, este es uno de los mecanismos que deba implementar el gobierno nacional, con el concurso de la actividad privada que no está exento de esta problemática.
Ante esta realidad, nace las iniciativas que ponen los jóvenes, en su afán constante de identificar oportunidades al desempleo, viabilicen el desarrollo de sus ideas a través de la generación de emprendimientos, que les permitan no solamente por un lado alcanzar su anhelada independencia y generar sus propios ingresos, sino también sea un medio de desarrollar el aspecto profesional y personal.
En esa materia, diversas consultoras especializadas realizan evaluaciones anuales sobre las actividades empresariales en múltiples y diversos países, siendo una de ellas la Global Enterpreneurship Monitor – GEM, que a través de sus estudios concluyera claramente que el Perú, consecutivamente viene reportando la mayor cantidad de emprendimientos en fase temprana a nivel mundial, logrando estar es un tercer lugar, con una tasa de 24.6%, y de estos porcentajes lo constituye emprendimientos que son lideradas por los jóvenes.
La puesta en marcha de emprendimientos supone nuevas responsabilidades en la que los jóvenes logren dinamizar sus aspiraciones y sean conscientes de los desafíos que representa, no obstante, en el corto y mediano plazo, corren el riesgo a fracasar, por razones de índole diverso, siendo las más resaltantes, el no identificar adecuadamente las necesidades que requiere el mercado, el desconocimiento de la gestión, aspectos tributarios, acceso a financiamiento y entre otros.
Estar prevenidos con antelación, juega un punto importante para los emprendedores, aquí es fundamental que instituciones del Estado, generen confianza brindando información veraz y oportuna. Implementando adecuadamente los centros de servicio empresarial, que promuevan por medio de capacitaciones en emprendimiento, destinadas a la comunidad.
Las instituciones formativas también son responsables en la formación de emprendedores, fomentando el desarrollo de ideas de sus estudiantes, con acceso a la información y asistencia debida. Ésta deba estar contemplada en sus planes de estudio, incorporando temáticas de ideas de negocio, creación de empresas, emprendimientos y gestión empresarial.
Existe experiencias positivas que van desde la identificación de iniciativas emprendedoras a través de concursos de emprendimientos, posteriormente estás pasan a una etapa de incubación, donde los participantes reciben asesorías de expertos en desarrollo de proyectos, acto seguido, los ganadores al final reciben un capital que constituye su financiamiento.