El Perú, es un país que posee una admirable megadiversidad, ubicado entre los primeros diez países por su biodiversidad terrestre y entre los primeros veinte por su biodiversidad marina, es por ello, que su protección y conocimiento es una tarea prioritaria para alcanzar un desarrollo sostenible.
Las directrices para el desarrollo sostenible en la actividad turística, así como las prácticas de gestión sostenible se aplican a todas las formas de turismo en todos los tipos de destinos y los diversos segmentos turísticos. Uno de los pilares de la sostenibilidad es el aspecto sociocultural, el cual debe asegurar actividades económicas viables a largo plazo, que represente para todos los agentes beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable, obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas.
El turismo comunitario definido por la Organización Mundial de Turismo, precisa que es “Toda actividad que relaciona a la comunidad con los visitantes desde una perspectiva intercultural, con la participación consensuada de sus miembros, asegurando el manejo adecuado de los recursos naturales y culturales y la distribución equitativa de los beneficios generados.”
Como parte del surgimiento y desarrollo del turismo comunitario se puede identificar varios factores, tales como: el acceso, conservación, control de los recursos naturales y la reivindicación de los derechos a sus territorios ancestrales, la lucha contra la pobreza y por los derechos indígenas, su posicionamiento se enfoca desde una propuesta genuina, diferente, teniendo en cuenta su propia capacidad de organización y los agentes externos que han jugado un rol decisivo en su aparición.
Nuestro país está lleno de historias cautivadoras por su majestuosa riqueza cultural, el cual no está exento de las iniciativas de protección y conservación bajo el enfoque de sostenibilidad; tenemos muchas comunidades que protegen su territorio y comparten su cultura, su cosmovisión, así como también hay viajeros que se alejan de sus orígenes para conocer otros a profundidad, vivenciar la cultura viva.
El turismo comunitario conecta a ambos protagonistas, aporta en la construcción de relaciones más equitativas y respetuosas, generadas a partir de la revalorización de prácticas, costumbres y saberes tradicionales, propios de los pueblos y nacionalidades, actúa de manera indirecta como un factor de reafirmación del carácter pluricultural del Estado (PROCASUR, 2012).
La Estrategia de Turismo Comunitario es una línea de intervención del sector Turismo, liderado por el MINCETUR, que fomenta el desarrollo turístico competitivo, sostenible y diferenciado desde las comunidades, mediante experiencias turísticas auténticas que respondan a las tendencias y exigencias del mercado, contribuyendo a la diversificación de la oferta turística nacional y al desarrollo socioeconómico de las comunidades involucradas.
El Turismo Comunitario son experiencias de viaje auténticas y de calidad que ofrecen las diferentes comunidades de la costa, sierra y selva del Perú, basados en la cultura viva y la naturaleza única de sus territorios, los cuales protegen, conservan y la comparten al visitante, siendo la parte esencial de sus productos (Estrategia de Turismo Comunitario, s/f).
Podríamos concluir que, esta modalidad promueve un nuevo concepto de viaje, considera los encuentros entre viajeros y anfitriones como una conexión que experimenta una vivencia satisfactoria y memorable, que aporta sentido y valor, enriqueciendo la perspectiva personal y colectiva de ambos.