Fuente: Foro Ambiental
Rene Antonio Hinojosa Benavides

La corriente de Humboldt fue y es muy sensitiva a la corriente del Niño, que aumenta la temperatura de las aguas de la superficie, quedando el agua fría más abajo sin recibir la luz solar, generándose un ciclo que disminuye la producción de plancton que a su vez afecta a toda la cadena alimenticia,


implicando un cambio climático, ya que la corriente de Humboldt, rica en plancton y especies marinas, está relacionada con el clima subtropical árido, mientras que la corriente del Niño trae el clima tropical húmedo, un diferente ecosistema marino y con escasos nutrientes; es así que, privada del habitual suministro de alimentos, la población de peces se redujo, millones de aves murieron de hambre y la industria pesquera desapareció de la noche a la mañana.

La reacción en cadena no terminó allí. El inesperado colapso de la industria pesquera peruana desató parte de la tremenda destrucción actual en la región del Amazonas.

La verdad fue que la mayoría de los millones de toneladas de pescado exportados por el Perú no constituían un alimento para los seres humanos, sino que se los convertía en harina de pescado como forraje para el ganado vacuno que se encontraba en pastizales que fueron formados a consecuencia de la tala de la selva del Amazonas en el norte de Brasil.

Cuando la industria pesquera se derrumbó, la demanda hacia el frijol soya aumentó a fin de proporcionar alimento alternativo para el ganado vacuno. El gobierno brasileño fomentó el establecimiento de grandes cultivos comerciales de frijol soya en el Brasil meridional, contribuyendo así a la destrucción de las selvas subtropicales lluviosas restantes.


El fomento y subsidio a los grandes monocultivos de frijol soya, no alimentaron a los brasileños hambrientos, sino que engordaron a las vacas de la comunidad europea. Estas vacas produjeron lo que, incluso, los tecnócratas de la comunidad europea calificaron como “mares de leche y montañas de mantequilla”.

Fuente: Agronomaster

En casi todo Brasil hay grandes terratenientes, pero en el Sur se había desarrollado, durante los últimos 150 años una población agrícola bien adaptada y ecológicamente sana, formada por inmigrantes alemanes, italianos, polacos y judíos. Esta cultura campesina, su agricultura y cientos de miles de personas que perdieron sus tierras de cultivo, fueron destruidas por la política de fomento de cultivos comerciales.

El debilitamiento de la capa de ozono y las zonas pesqueras peruanas, son dos signos de advertencia para nosotros: las cosas pueden no acontecer en forma lenta y predecible. Cuando se producen lo hacen inesperadamente y dan lugar a respuestas con impactos negativos en todo el mundo. Lo mismo sucedió con la selva lluviosa.

Está siendo destruida con mucha rapidez, sin necesidad de talarla o quemarla completamente antes de que desaparezca del todo. Simplemente destruyendo parte de ella, la selva íntegra se puede derrumbar, ya que la lluvia y la temperatura son afectadas, y estos cambios climáticos pueden causar la muerte prematura y catastrófica de la selva restante, todo ello en unos cuantos años, con consecuencias negativas para todo el mundo.

Referencias

  1. https://www.bbc.com/mundo/noticias-48390390
  2. https://www.bbc.com/mundo/noticias-49682744

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