Las ondas electromagnéticas (OEM) y los campos electromagnéticos (CEM) agreden el organismo humano ocasionando alteraciones en la digestión de los alimentos, dificultad para concentrarse, fatiga crónica, insomnio, jaqueca, nerviosismo, pérdida de memoria,
infecciones recurrentes, sensación de tristeza sin motivo, taquicardia, sobre todo en las personas que sufren electro hipersensibilidad, es decir que tienen un sistema inmunitario débil y más vulnerable a las radiaciones, como si se tratase de una especie de alergia, por lo que se aconseja no abusar del celular, o si hay necesidad, pues hacerlo en zonas con buena cobertura utilizando el altavoz para mantenerlo lo más alejado posible de la cabeza.
Por otro lado, es conveniente usar tejidos naturales, evitando las prendas de vestir sintéticas porque favorecen la electricidad estática, también se debe ventilar la casa como mínimo 15 minutos cada día, así como también el retiro de computadoras, televisores, teléfonos inalámbricos, radio-despertadores eléctricos y cualquier otro dispositivo similar; en el caso de no disponer de otro lugar disponible en casa donde ponerlos habría que mantenerlos desconectados cuando no se estén utilizando (Salabert, 2020).
Teniendo en consideración a lo manifestado por Sampedro et al. (2020), se puede asegurar que los humanos estamos expuestos desde el vientre materno a campos electromagnéticos de alta y baja frecuencia, debido al intenso desarrollo de una tecnología que se apoya en la emisión de OEM.
Dichos autores aseveran que la presencia de una polución electromagnética ocasiona diferentes anomalías en las personas como alteraciones de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, disminución del flujo de sangre de zonas cerebrales, medida por tomografía cerebral ultrasónica, así como también secreción de melatonina (hormona del ciclo sueño-vigilia) y presencia de marcadores de estrés cerebral, como diversas proteínas de choque térmico.
Motivo por el cual los gobiernos nacionales, regionales y/o locales, conjuntamente con las industrias deben realizar investigaciones sobre las últimas tecnologías de comunicación, así como informar a la ciudadanía de las posibles afectaciones a fin de motivar las prevenciones necesarias en pro de la buena salud de la población.
De otra parte, se debe establecer protocolos en las instalaciones de equipos en las casas para evitar afectaciones a causa de las OEM y los CEM, sobre todo en personas que padecen de hipersensibilidad electromagnética, en concordancia con García (2019) quien manifiesta que, el auge de las comunicaciones inalámbricas viene obligando la exposición del ser humano a una contaminación electromagnética, por lo que nadie puede escapar al influjo de antenas, Bluetooth, zonas Wi-Fi, y es que las OEM y los CEM se encuentran esparcidos en gran parte del globo terráqueo durante todo el tiempo, por lo que su alta o mediana exposición.
Ocasionan con el tiempo fatiga, asma, depresión, enfermedades cardiovasculares, alteraciones inmunológicas, debilidad general del cuerpo, aumento de la presión sanguínea, estrés, aumento de la temperatura corporal, entre otros, por lo que debemos realizarnos un examen médico para comprobar si se tiene hipersensibilidad electromagnética para asumir las precauciones necesarias y evitar afectaciones, principalmente si existen antenas repetidoras cerca de nuestro centro laboral o de nuestros hogares.
Referencias
Salabert, E. (2020). Hipersensibilidad Electromagnética, la Contaminación Invisible. Revista de Salud y Bienestar Web consultas. https://n9.cl/r2pa8
Sampedro, C., Palma, D. Tinitana, D y Barberán, J. (2020). Contaminación electromagnética por dispositivos de comunicación inalámbrica y sus efectos en la salud. Revista Dilemas Contemporáneos: Educación, Política y Valores, 8 (1), 1-25.
García, Ch. (2019). La Contaminación Electromagnética y sus Efectos en la Salud. Revista Airalia, España. https://n9.cl/fuwgk