La educación por medios informáticos y telemáticos ya es un fenómeno a escala mundial, ubicándola en su quinta generación de la educación a distancia.
Asimismo, las posibilidades educativas del ciberespacio son las que determinaron este paso hacia la educación virtual. Vale resaltar que; en varios trabajos de investigación, se han identificado tres factores preponderantes e interrelacionados como elementos que fraguaron el cambio de la educación hacia lo digital, estos son: la afirmación de la educación como un proceso a lo largo de la vida, la convicción de que todo espacio de intención humana es un escenario educativo y la consolidación de las tecnologías digitales como un canal de comunicación y de recursos educativos; que a diario revolucionan nuestras actividades.
Como todo cambia en este mundo, también el sistema de educación a distancia registra algunos hitos bien marcados. Así se tiene que a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se dio la primera etapa con la denominación “enseñanza por correspondencia”, seguido a ello en el año 1960 con algunas mejoras se da la segunda etapa conocida como “enseñanza multimedia”, luego desde 1970 se inicia la tercera etapa bajo la denominación “enseñanza telemática”
y posteriormente en 1990 inicia la cuarta etapa nombrada como “enseñanza colaborativa basada en el internet”, en la actualidad nos encontramos en la quinta etapa de la educación a distancia, etapa que fue denominado como “aprendizaje flexible e inteligente”; es por ello que hoy se debe entender que el participante cuenta con el mediador las 24 horas del día, para efectuar una comunicación con él en distintos tiempos de acuerdo a su disponibilidad.
La quinta generación “aprendizaje flexible e inteligente” presenta nuevos conceptos y formas en la educación, así hoy debe ser común en el vocabulario de todo profesor del siglo XXI términos como: comunicación sincrónica y asincrónica, flexibilidad en el acceso a la educación, trabajo colaborativo y cooperativo, competencia metacognitiva, diversidad metodológica, plataformas educativas amigables y versátiles, versatilidad en el uso de las herramientas, recursos y materiales, modelos pedagógicos centrados en el estudiante y actividad de aprendizaje, procesos de autoevaluación y coevaluación, y aprendizaje interactivo y auto dirigido.
Desde luego todos ellos merecen una revisión y empoderamiento por parte de los profesores, que en este sistema se les denomina como “tutor virtual”. En todas las transiciones que se vienen dando, las interrogantes que dirigen el proceso educativo son ¿quién aprende? ¿cómo aprende?
¿qué, cuándo y cómo evaluar?, a pesar de que la educación a distancia desde un inicio estuvo destinada a una población bien amplia y muy heterogénea, caracterizándose porque los adultos eran el sector mayoritario en acudir a las aulas virtuales, asimismo la autoformación es la que constituye la base de la enseñanza a distancia, guiada por los principios constructivistas que rigen la educación actual.
Esto indica que la gestión del proceso de aprendizaje siempre estuvo en manos del estudiante, sin excluir la tutoría por parte del profesor. Pero hoy los agentes educativos nos encontramos forzados a desarrollar un proceso educativo basada en la educación virtual, que desde luego tomará su tiempo en la adecuación.