La declaración de Glasgow lanzada en la COP26 -2021, es un compromiso con acciones climáticas en el turismo, a consecuencia de la insostenibilidad de uso del territorio, uso de combustibles fósiles, entre otros tenemos problemas latentes como el cambio climático, la contaminación, afectación y alteración de la biodiversidad. La pandemia vivida ha despertado nuestra sensibilidad y el de ser conscientes de los impactos y riesgos en la salud humana.
La actividad turística depende de la naturaleza (flora, fauna); contribuye en la mejora de nuestra salud y bienestar personal, social y económico. En turismo es esencial el ecosistema lleno de vida, es nuestro deber recuperarlo, ya que también, depende de ella la vida humana.
Bajo esta declaración se comprometen los agentes en turismo, entidades gubernamentales e instituciones donantes y financieras, organismos internacionales, sociedad civil, sector privado y las academias, a contribuir a tomar acciones por el clima, reduciendo a la mitad las emisiones para el 2030 y lograr para el 2050 las emisiones netas cero. Con el fin evitar que para el 2100 la temperatura no suba a más de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, según recomendaciones científicas.
También se comprometen a informar públicamente sobre sus planes de acción realizados cada año, para socializar prácticas empleadas y actualizar el plan.
Con finde hacer un trabajo coherente del sector turístico, determinan 5 ejes comunes en sus planes: Medición (medir y difundir todas las emisiones relacionadas con los viajes y turismo), descarbonización (acelerar la descarbonización del turismo en medios de transporte, infraestructura, alojamiento, actividades, alimentos y bebidas y gestión de residuos), regeneración (restaurar y proteger los ecosistemas, salvaguardando la biodiversidad, seguridad alimentaria y suministro del agua, ayudar a los visitantes y anfitriones a disfrutar en equilibrio con la madre naturaleza), colaboración (compartir las buenas prácticas con los agentes y huéspedes a través de planes eficaces, fortalecer la gobernanza) y financiación (garantizar recursos para cumplir con los objetivos de los planes climáticos, implantar herramientas fiscales y políticas efectivas).
Para la Organización Mundial del Turismo- OMT y el Foro Internacional del Transporte – ITF, entre el 2005 al 2016, las emisiones del CO2 del turismo se incrementaron en un 60%, siendo el transporte, para el 2016, causante del 5% de las emisiones a nivel mundial.
Los fenómenos meteorológicos adversos (altas temperatura ambiente, aumento del nivel del mar, inundaciones, escasez de lluvias) amenazan al planeta, afectando los medios de vida de las comunidades, dañando infraestructura, alterando la cadena de suministros hasta la seguridad alimentaria. Ahora es cuando debemos actuar con la producción y consumo sostenible, visualizando la regeneración del ecosistema y nuestra biodiversidad.
Finalmente, las partes interesadas en turismo pueden convertirse en signatarios de la declaración de Glasgow e implementar los compromisos detallados. Accor, Iberostar, Booking.com, Expedia, The Travel Corporation, Radisson Hotel Group, tour operadores y empresas de alojamiento de unos 130 países, ya son signatarios; comprometidos en su transformación como modelos turísticos más bajos en emisión de carbono, sostenibles y resilientes.