Las decisiones tomadas desde el ejecutivo, causan controversias en la población, ante las medidas sanitarias dispuestas a cumplir el confinamiento debido a la propagación del covid-19, para muchos esta determinación no se ajusta la realidad o en su defecto han sido tomadas de manera apresurada.
La mayoría de la población en su afán de buscar respuestas, tratan de esgrimir y entender esta determinación y consideran que se dieron en una etapa crítica y bajo presión de ciertos intereses de algunos sectores que exigían incidentemente mayor presencia y protagonismo por parte del gobierno, ante esta coyuntura sanitaria.
La preocupación es evidente por parte de los microempresarios quienes representan más del 90% de la actividad económica en el país, hacen manifiesto sobre el riesgo que genera este tipo de paralizaciones, toda vez que actualmente estuvieron en proceso de reactivación económica en sus actividades y muchas de ellas cumpliendo sus obligaciones de pago en el corto, mediano plazo, contraídas antes de la pandemia y que han logrado refinanciarse con sus acreedoras con la esperanza de que las actividades sean sostenidas y se vuelva a la ansiada normalidad.
Pero, sin embargo, nuevamente se pone en alerta y obliga a las empresas a cumplir con una serie de disposiciones y acaten la paralización en nueve departamentos, sólo se permite operar actividades esenciales, está ocasionando que este sector se retrotraiga y pase momentos críticos, sin la esperanza operar con normalidad.
Mas allá del tema de cumplimiento de obligaciones, es evidente que este sector mueve gran parte de la actividad laboral, los especialistas estiman que la contribución está por alrededor del 70%, con las medidas adoptadas se corre el riesgo de que muchos de los trabajadores pasen a formar la larga lista de los desempleados.
Esperar las medidas que se adopten en materia laboral, está aún lejos de producirse, no existe aún, una clara evidencia que al menos se sustente y pueda aminorar los efectos de esta decisión.
Es conocida, que una gran mayoría de los microempresarios no han tenido la posibilidad de acceder a los beneficios que han sido otorgados por el gobierno anterior, a través de programas como Reactiva Perú y FAE – Mype, declarándose penosamente muchas de ellas en situación de quiebra de sus negocios, pese de haberse ganado con mérito propio y con la esperanza de lograr consolidarse a través del tiempo.
Estas controvertidas decisiones ponen en tela de juicio, si realmente se logrará frenar el avance del coronavirus o en su defecto simplemente será en cumplimiento repetitivo de experiencias pasadas, cuyas estrategias han sido erróneas logrando ocasionar pérdidas económicas, aumento del desempleo, falto de confianza en la población con sus autoridades.
Al igual que se toman con hidalguía estas decisiones, también se espera que deba estar acompañadas con estrategias definidas en salvaguarda a los intereses de la población, actividades comerciales, cuya reactivación económica deba promoverse en el plazo más corto.
No obstante, los aciertos y desaciertos en estas decisiones, al final serán reflejadas en los resultados y juzgadas por la historia, más aún cuando se está en una etapa de transición cuya legitimidad aún es divergente.