Las radiaciones electromagnéticas (REM) que se encuentran entre 30 kHz y 300 MHz y las microondas entre 300 MHz y 300 GHz, incitan a vibraciones moleculares y producen calor, por lo que se emplea en la industria médica y también uso doméstico,
pudiendo producirse quemaduras en la piel humana, donde los órganos más afectados por estas REM son los de poca irrigación como el cristalino y el humor vítreo del ojo, los órganos parenquimatosos y otros como ganglios linfáticos, hígado, páncreas, las gónadas y los órganos huecos como el estómago, la vejiga y la vesícula biliar, teniendo ya evidencia de las consecuencia biológicas de los campos electromagnéticos (CEM), en base al análisis de los estudios epidemiológicos.
Y es que, las consecuencias de las REM en la salud humana no sólo dependen de su intensidad sino también de su frecuencia y energía, siendo las principales fuentes de CEM la red de suministro eléctrico, los aparatos eléctricos y las pantallas de computadora; mientras que, los sistemas de seguridad son las principales fuentes de campos de radiofrecuencia, conjuntamente con la radio, la televisión, las antenas de radares, los teléfonos celulares y los hornos de microondas.
Los CEM inducen corrientes en el organismo que, dependiendo de su frecuencia y amplitud, pueden ocasionar varios efectos como calentamiento y sacudidas eléctricas; precisamente por ello, si un piloto de avión no mantiene abierta la trompa de Eustaquio mediante movimientos de deglución,
o si tiene catarro que determinó la obstrucción de dicho conducto se producirá la ruptura del tímpano, en caso de que el avión caiga en picada a una velocidad vertiginosa, por ello los pilotos evitan volar cuando tienen un resfrío, y si lo hacen, procuran que el ascenso y el descenso sean muy graduales para que no se establezcan diferencias bruscas entre la presión del oído medio y la del oído externo (1).
Actualmente la contaminación electromagnética es uno de los peligros más mortificantes y silenciosos para el ser humano, de tal manera que las tecnologías 1G, 2G, 3G, 4G y 5G, creadas por el mismo hombre, avanzaron a pasos agigantados y está invadiéndonos a lo largo y ancho de nuestro planeta, razón por la cual en un futuro no muy lejano este veneno consumirá al ser vivo transformándolo en seres mutantes (2).
La salud humana y de todos los seres vivos corren peligro si este tipo de contaminación no se mitiga adecuadamente con leyes y normas jurídicas de aplicación severa. Las autoridades locales, regionales y nacionales o el mismo Estado, tienen la responsabilidad de controlar y evitar este tipo de contaminación a través de sus organismos gubernamentales, ministerios y otros, de tal manera que la disminución de este problema se constituya en un alivio y respiro para nuestro medio y por ende, al bienestar del ser humano.
Referencias
- Tutivén, P. (2015). Los Efectos de las Radiaciones Electromagnéticas de Radiofrecuencia en la Salud Humana, Universidad Católica de Santiago de Guayaquil – UCSG-2015. Ecuador.
- CATALÁN, C. (2020). Enredados en las Ondas del 5G. Recuperado de https://navarracapital.es/enredados-en-las-ondas-del-5g/