En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha dado pasos agigantados, transformando diversos sectores, y un avance notable es la aparición de herramientas de IA conversacional que ayudan a empresas y particulares a automatizar y mejorar los procesos de comunicación. Entre estas herramientas están Claude.ai y Elicit.ai, siendo importante tener en cuenta ciertas desventajas de estos sistemas.

Una desventaja importante de Claude.ai es la posibilidad de que se produzcan imprecisiones, ya que como todos los modelos de IA, puede generar información incorrecta o engañosa, especialmente ante preguntas ambiguas o complejas, y esta limitación es especialmente crítica en sectores como la sanidad o las finanzas, donde la precisión es crucial. Otro inconveniente es la dependencia de grandes conjuntos de datos para funcionar con eficacia, puesto que estos modelos de IA también requieren grandes cantidades de datos de entrenamiento, y los sesgos en estos conjuntos de datos pueden influir inadvertidamente en los resultados del modelo, de tal manera que, si Claude.ai se entrena con datos sesgados, puede perpetuar estereotipos o proporcionar respuestas sesgadas. Así, aunque Claude.ai incorpora mecanismos de seguridad, el sesgo inherente a sus datos de entrenamiento sigue siendo un reto. Sustituir a los agentes humanos por IA podría dar lugar a una experiencia despersonalizada para los usuarios, disminuyendo el toque humano que a menudo es crucial para resolver cuestiones complejas o delicadas, además, el desplazamiento de puestos de trabajo es otra preocupación, ya que las industrias adoptan cada vez más soluciones basadas en IA para reemplazar la mano de obra humana.

En cuanto a Elicit.ia, una de sus desventajas también sería su dependencia de la calidad de los datos que procesa, de tal manera que, si los datos de entrada están incompletos o sesgados, los resúmenes y análisis de salida también pueden reflejar estas deficiencias; de ahí la importancia de evaluar críticamente las fuentes antes de introducirlas en el sistema. De otro lado, si bien es cierto que Elicit.ai está diseñado para ser fácil de usar, también es cierto que, hay una curva de aprendizaje asociada con el dominio de sus características. Los nuevos usuarios pueden tener dificultades para utilizar plenamente las capacidades de la herramienta sin una formación o experiencia adecuadas, lo que puede obstaculizar su eficacia inmediata; se auna también las consideraciones de coste, donde el acceso a las funciones avanzadas de Elicit a menudo tiene un costo financiero, y para los investigadores o instituciones con presupuestos limitados, este gasto puede ser una barrera para acceder a toda la gama de funcionalidades que ofrece la herramienta (García, 2024).

En conclusión, Claude.ai y Elicit.iai no están exentas de dificultades, sobre todo en lo que respecta a la precisión, la parcialidad y la posible despersonalización de las interacciones con los clientes, ya que, a medida que la IA siga evolucionando, la importancia de estas dos herramientas contribuirá al crecimiento académico, ayudando a las empresas a optimizar sus operaciones, no obstante, es crucial abordar las consideraciones éticas y las limitaciones de la IA para garantizar su uso responsable y equitativo.

Referencias:
  1. García, G. (2024). La evaluación como herramienta para mejorar los aprendizajes: la retroalimentación y la evaluación auténtica. Revista Latinoamericana Ogmios, 4(9), 17-32. https://doi.org/10.53595/rlo.v4.i9.091

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