Según Bass “Los líderes transformacionales motivan a sus seguidores a desempeñarse más allá de las expectativas”. Vincular el liderazgo transformacional y la mejora continua, es una mediación de confianza entre el líder y sus subordinados.
El liderazgo transformacional tiene la capacidad de influir de manera positiva en el progreso y desarrollo de otras personas, busca la estimulación intelectual, la consideración individualizada, la influencia idealizada, resumida en la inspiración y motivación.
Esto quiere decir, de forma general, que el líder transformacional busca ser un ejemplo positivo a seguir, valora a cada integrante como ser individual, fomenta el aprendizaje e intenta tocar las emociones y sentimientos de los otros, para que estén más comprometidos y motivados con sus responsabilidades.
La gestión de la calidad total (TQM), es una de las principales técnicas de cambio organizativo, requiere mejora continua en todos los ámbitos de la organización, busca empoderar a los empleados para que se esfuercen por lograr un mejor desempeño organizacional.
La mejora continua trae procesos innovadores, propuestas de valor diferenciada, vinculando el menor costo con una mayor calidad y mayor participación en el mercado. El liderazgo transformacional permite la proactividad y creatividad de los empleados generada por la confianza basada en la competencia.
Un buen estilo de liderazgo transformacional se vincula con la eficacia gerencial, donde se reconoce la necesidad de cambio, de crear y compartir una visión convincente con los colaboradores, retándolo de forma desafiante a institucionalizar el cambio.
La identificación organizacional puede describirse como las percepciones individuales donde se consideran a sí mismos como una entidad colectiva, definiéndose como miembros de la organización. Los líderes transformacionales inculcan un sentido de membresía organizacional entre sus subordinados.
El trato justo de un líder es correspondido positivamente por los integrantes de la organización en términos de alto desempeño, la confianza de los subordinados en su líder se ha utilizado ampliamente como indicador de intercambio social para medir el rendimiento y compromiso de los mismos.
La confianza funciona como un vínculo fuerte entre un supervisor y sus subordinados en un lugar de trabajo, se puede conceptualizar en términos de riesgo percibido y vulnerabilidad entre las dos partes, las expectativas son claras, los colaboradores esperan un líder que los trate de manera equitativa y justa; generando confidencialidad e identificación con la organización.
El ambiente agradable y armonioso facilita una relación, donde se comparte una visión común, transformado la organización de manera positiva, inspirando a sus seguidores, multiplicando líderes, que en resumen favorecen el crecimiento organizacional y contribuyen a la mejora continua.